ANASTASIO BUSTAMANTE
1780-1853
General,
político y médico mexicano, presidente de la República (1830-1832; 1837-1841).
Nació en Jiquilpan (Michoacán). Estudió artes en el seminario de Guadalajara y
medicina en la ciudad de México. En 1808 se incorporó al ejército realista como
oficial de caballería, a las órdenes del general y virrey Felix María Calleja.
Participó en todas las acciones del ejército del centro y llegó a tener el grado
de coronel. Pasados los años se inclinó a favor del general Agustín
de Iturbide y se adhirió
al Plan de Iguala en 1821, ganándose
la confianza de quien, tras firmar el Tratado
de Córdoba y lograr la
independencia de México, se proclamó emperador. Ocupó la vicepresidencia de la
República en 1829, siendo presidente Vicente
Guerrero, y dirigió un golpe de
Estado (Plan de Jalapa) ese mismo año por el que asumió la presidencia en
ejercicio, tras el gobierno de una Junta Provisional, en 1830.
Durante su mandato tuvo que enfrentarse a continuas sublevaciones. Desterrado en 1833 por Santa Anna, viajó a Europa y visitó establecimientos médicos y militares en Francia. A la caida de Santa Anna regresa al país para ejercer nuevamente la presidencia. Luchó en la guerra de Texas y en 1837 asumió de nuevo la presidencia de la República con arreglo a la nueva Constitución. Se mantuvo en el poder hasta 1841, cuando un triple pronunciamiento militar en el que participó el general Santa Anna lo derrocó, obligándole nuevamente a irse a Europa. Regresó a México en 1845 para ofrecer sus servicios a Santa Anna, quien lo nombró Jefe de la Expedición a California, pero tuvo que retroceder a aplacar la sublevación de Mazatlán.
En 1848 se estableció en San Miguel Allende (Querétaro) donde murió en 1853.
Durante su mandato tuvo que enfrentarse a continuas sublevaciones. Desterrado en 1833 por Santa Anna, viajó a Europa y visitó establecimientos médicos y militares en Francia. A la caida de Santa Anna regresa al país para ejercer nuevamente la presidencia. Luchó en la guerra de Texas y en 1837 asumió de nuevo la presidencia de la República con arreglo a la nueva Constitución. Se mantuvo en el poder hasta 1841, cuando un triple pronunciamiento militar en el que participó el general Santa Anna lo derrocó, obligándole nuevamente a irse a Europa. Regresó a México en 1845 para ofrecer sus servicios a Santa Anna, quien lo nombró Jefe de la Expedición a California, pero tuvo que retroceder a aplacar la sublevación de Mazatlán.
En 1848 se estableció en San Miguel Allende (Querétaro) donde murió en 1853.
Anastasio Bustamante
5° presidente de México: Anastasio Bustamante
Fecha
de gobierno: Del 10 de enero de 1830 al 13 de agosto de 1832
Partido
Político: Partido Nacional Revolucionario (PNR). Actualmente llamado Partido
Revolucionario Institucional (PRI).
Lugar
de nacimiento: 27 de julio de 1780 en Jiquilpan, Michoacán.
Lugar
de fallecimiento: 06 de febrero de 1853 en San Miguel de Allende.
Biografía de Anastasio Bustamante
Su
nombre completo fue Trinidad Anastasio de Sales Ruiz Bustamante y Oseguera.
Además de haber sido presidente de México, fue político y militar. Bustamante
estuvo 3 veces en el puesto de la presidencia. Las otras dos fueron:
-
Del 19 de abril de 1837 al 18 de marzo de 1839 (segundo periodo).
-
Del 18 de julio de 1839 al 21 de septiembre de 1841 (tercer periodo).
Sus
padres fueron:
*
José María Ruiz Bustamante
*
María Francisca Oseguera
Su
educación la realizó en el Seminario de Guadalajara, egresó y fue a vivir la
Ciudad de México. Posteriormente estudió la carrera de medicina. Su profesión
la ejerció en 1810 cuando fue requerido por el ejército realista. Apoyó a otros
personajes históricos en movimientos contra los insurgentes.
Por
la labor y desempeño que tuvo, poco tiempo después fue nombrado “coronel”.
Participó en el Plan de Iguala (proclamado el 24 de febrero de 1821 en la
ciudad de Iguala de la Independencia Guerrero). Fue miembro de la Junta
Especial Gubernativa al concluir las guerras por la Independencia de México.
Así
continuó con diferentes ascensos dentro de la política. Fue hasta el año de
1828 cuando el Congreso del país le otorgó el cargo de vicepresidente. Durante
un tiempo Bustamante tuvo una buena relación con Vicente Guerrero. Sin embargo
Anastasio B. lo traicionó y obtuvo el apoyo de algunas personas políticas
importantes para obtener el puesto de presidente de México, asumiéndolo el 10
de enero de 1830.
Entre
las actividades que realizó siendo presidente, destacan:
-
Quitó del puesto a varios trabajadores que no lo apoyaban.
-
Desterró a miembros del partido yorquino.
-
Expulsó de México al embajador estadounidense
-
Creó la policía secreta.
-
Con las diferentes actividades que realizó durante su gobierno, obtuvo el apoyo
del alto clero y del partido masón escocés.
-
Ordenó el asesinato de Vicente Guerrero.
Se
dice que Bustamante dejó su cargo como presidente en 1833. Después de eso en el
año de 1836, fue requerido por otros miembros para participar en la guerra de
Texas o también conocida como la Revolución de Texas (2 de octubre de 1835 y 21
de abril de 1836).
En
dicha guerra se aprobaron, las Siete Leyes (la Constitución de Régimen
Centralista de 1836) que creaba la República centralista del partido
conservador. Posteriormente Bocanegra fue nombrado nuevamente presidente de
México del 19 de abril de 1837 al 18 de marzo de 1839 (segundo periodo).
Otros
secesos acontecidos durante la segunda presidencia de Bocanegra fueron:
-
La Guerra de los Pasteles, la cual fue la primera intervención francesa en
México (del 16 de abril de 1838 al 09 de marzo de 1839).
-
Invasión de Miguel Gutiérrez a Chiapas en 1839.
-
Ataque del militar mexicano José de Urrea en el norte de México.
Dichos
sucesos hicieron que Anastasio Bustamante pidiera una licencia para dejar el
puesto de presidente durante 5 meses. Durante el tiempo en que Bustamante no
estaba al mando del país la atmosfera que se vivía en ese entonces cambió. Se
establecieron relaciones con España y con Estados Unidos.
Volvió
a ser presidente de México por tercera ocasión tomando el poder del 11 de julio
de 1839 al 21 de septiembre de 1841 (fue su 3° periodo). Durante su gobierno
los problemas no dejaron de existir y cada vez se hacían más grandes. Todo eso
provocó que Antonio López de Santa Anna aprovechara el caos económico y
administrativo que existía en el país y le quitó el poder a Bustamante.
En
el año de 1846 fue nombrado presidente del Congreso. No tuvo éxito en dicho
cargo y así continúo con por mucho tiempo. Bustamante estaba perdiendo el
interés por ayudar a los demás. Después de haber tenido una mala participación
en la invasión estadounidense, decidió retirarse de la política y renunció su
cargo de presidente del Congreso.
Murió
el 06 de febrero de 1853 en San Miguel Allende. Sus restos se encuentran en la
catedral donde están los de Agustín de Iturbide en la Ciudad de México.
PENSAMIENTO ECONÓMICO DE LUCAS ALAMÁN
En los primeros tiempos
independientes (siglo XIX), dos vertientes ideológicas se enfrentan entre los
mexicanos respecto al anhelo de la nación que se desea construir: la de los
reformistas y la de los fomentistas, también llamados liberales y conservadores
(Romero, 2005; 14). De ambas posturas también se tienen dos grupos políticos,
la de los masones yorkinos (Lorenzo de Zavala, José María Luis Mora y Valentín
Gómez Farías, principalmente), quines desean una sociedad basada en el
fundamento de un orden natural de inspiración divina que parte de la libertad y
la democracia. Son quienes desean reformas a la regulación estatal para
promover el ascenso al capitalismo bajo al tutela del Estado. Y la de los
masones del rito escocés (cuyos dos principales exponentes son Lucas Alamán y
Estevan de Antuñano), también conocidos como los cangrejos (son aliados de la
Iglesia Católica y su postura es inconsistente dentro de la filosofía liberal,
sus propuestas consisten en dar un paso hacia delante y un ciento hacia atrás).
Estos últimos parten de la organización como principal objeto del desarrollo
capitalista liberal, y pretenden el fortalecimiento de la industria nacional
desde un enfoque que ahora se puede calificar como estructuralista (solo que
dejan de lado las reformas del Estado).
Dentro del grupo conservador
destaca la figura de Lucas Ignacio José Joaquín Pedro de Alcántara Juan
Bautista Francisco de Paula Alamán y Escalada (Wikipedia). Guanajuatense de
nacimiento (18 de octubre de 1792). El principal fundamento de su pensamiento
económico constituye la prosperidad pública mediante la educación (a la que él
nombra como Ilustración), el fomento agrícola, industrial y comercial. Su
preocupación dentro de las necesidades inmediatas de la nueva nación
independiente es el fomento a la industria. Funda una compañía minera, la
primera ferretería en el México independientes, el Banco del Avío, dos fábricas
de hilado y tejido, el museo de antigüedades e historia natural y el Archivo
General de la Nación. Dentro de su vida política destaca haber sido ministro de
relaciones exteriores con el Presidente Anastasio Bustamante y con Santa Anna
en su último periodo. Obtuve en España distinciones cortesanas como el de ser
el apoderado de un descendiente de Hernán Cortés, el Duque de Terranova y
Monteleone, quien entre sus posesiones en México estaba el Hospital de Jesús.
Su formación católica deja en su
pensamiento una fuerte tendencia al metalismo. Por ello, piensa que la minería,
como en tiempos coloniales, debe ser el sector directriz de la economía, no
solo por su relevancia y trascendencia económica, sino por que dota de los
insumos necesarios de la monetización en oro, plata y cobre. Las reservas del
Banco del Avío deben provenir más que de otras fuentes fiscales, de las reservas
minerales del país (sobre todo las reservas en oro y plata). El fortalecimiento
de este sector representa el sustento de la mediación transaccional de la
economía, y el fundamento financiero que puede promover la industria nacional.
La política de fomento como la organización económica patrimonialista son dos
pilares que causan el progreso a la nación. Finalmente, ante la implantación de
la Ley de prohibición de importaciones textiles, el Banco del Avío obtuvo sus
capitales iniciales de los aranceles a las importaciones en este ramo.
Su orientación católica (fuerte),
le sesga para no promover reformas contra el orden heredado de tiempos
coloniales, especialmente aquellas tocantes a la propiedad del suelo
(especialmente de la Iglesia católica). Asimismo, trata de vincular los
capitales del clero como uno de los posibles fondos disponibles para el fomento
dentro del Banco de Avío (algo así como lo hace actualmente el Banco del
Vaticano que es la cartera financiera de Roma).
En el México independiente
realmente no existe un partido uniforme liberal, sino una serie de propuestas
eclécticas de tendencia aparentemente liberales. Afirma Brading (1980) que para
1840 no existe tampoco formalmente un partido conservador. Lucas Alamán es
póstumo en cuanto sus propuestas puesto que se adelanta a lo que se hará hasta
fines de la décimo novena centuria bajo el régimen porfirista. Lucas Alamán
funda el partido conservador hasta 1849.
La actitud más radical como
liberal y masón de Lucas Alamán es, igual que lo hace José María Luis Mora,
sostener que la existencia del diezmo, como institución financiera de la
Iglesia católica establecida desde inicios del periodo colonial, obstaculiza la
acumulación de capital y el desarrollo capitalista. La Iglesia católica que
recaba en especie (mayoritariamente) dicho gravamen, para convertirlo en dinero
se ve en la necesidad de rematarlo a precios muy bajos, lo que hace que los
precios durante la colonia sean muy bajos por la presencia del producto
clerical tan bajo lo que no permite la presencia de precios monopólicos y
alzados, y con ello frustra la fuente de la acumulación capitalista (mecanismo
parecido hacía la CONASUPO en el periodo endogensita del siglo XX). La Iglesia
católica de aquel tiempo ve en el diezmo un instrumento cuya labor cristiana
parte de imponer un mecanismo al mercado que evita la avaricia y la generación
de riqueza desmedida (no tocante a la propia). Los masones tanto del rito
yorkino como escosez ven un freno al desarrollo en éste.
Lucas Alamán por otra parte
también toca la cuestión tecnológica en el desarrollo de la nación al afirmar
que la falta de competitividad de los textiles nacionales con respecto a las
prendas confeccionadas en el extranjero, por efecto del grave rezago
tecnológico existente en las factorías nacionales. No obstante, este personaje
resulta controvertido al ser un liberal en cuanto objetividad económica, pero
bastante conservador en cuanto la configuración social del país, la cual en
ningún momento cuestiona.
Con lo anterior se tiene un
semblante muy abreviado de la destacada labor de un guanajuatense cuya
distinción en la historia de México lo marca su importante labor en los inicios
del capitalismo en México. Su muerte se da en la ciudad de México el 02 de
junio de 1853.
La masonería en México llega a
través de liberales españoles que se introducen a la nación a fines del siglo
XVIII e inicios del siglo XIX. Originalmente son del rito escocés, más, en el
periodo independiente, bajo influencia del embajador estadounidense en México
Joel R. Poinsett, se organiza la logia yorkina, con una marcada tendencia
anticlerical, y anti hispanista, siendo su origen anglosajón. Misma que
promueve la anexión de nuestra nación a la Unión Americana. En concordancia de
la Doctrina de James Monroe (1823), residente de Estados Unidos de América, y
del Destino Manifiesto norteamericano (Delgado de Cantú, 2004; 138). La idea es
evitar que las excolonias americanas de España vuelvan a caer en dominio de
alguna otra potencia europea (América para los americanos), y con ello
apuntalar la hegemonía norteamericana en la región.
“En el lado opuesto, la logia
escocesa defendía los intereses de los antiguos grupos de propietarios y
comerciantes que, junto con las latas jerarquías eclesiásticas y militares,
habían impulsado la independencia en 1821, y estaban ahora a favor de una
reorganización política centralista que les permitiera restaurar su antiguo
poder…” (Delgado de Cantú, 2004; 138)
Lucas Alamán, nombrado en el
Gobierno de Guadalupe Victoria (1824 – 1829; Villalpando y Rosas, 2007;133),
Ministro del Interior y Asuntos Exteriores, pactó el primer empréstito con el
exterior del país. Propiamente con Inglaterra.(32 millones de pesos, de
aquellos pesos que equivalían a un dólar según indica Jan Bazan (1991) en
Historia de América Latina. Vol. 6. Leslie berthell. Cambridge University
Press-Crítica España. P. 110.). Ante el temor del expansionismo norteamericano
la nación desde un inicio procuró apoyo de potencias europeas como Inglaterra y
Francia, y no con los estadounidenses cuyo interés en imbuirse en los problemas
nacionales era latente. Por otra parte, Lucas Alamán logra el reconocimiento
del gobierno inglés a México como gobierno independiente. (Siendo un masón del
rito escocez Lucas Alamán ante todo prevé librar a México de las presiones
anexionistas de los vecinos del norte).
Lucas Alamán es víctima del
complot de Joel R. Poinsett lo que lo obliga a renunciar a su cargo. Guadalupe
Victoria trata desde su inicio de gobierno de tener un gabinete equilibrado
entre los dos grupos políticos correspondientes a ambas logias. La insurrección
del General Nicolás Bravo procura destituir al presidente Guadalupe Victoria
para poder dar el poder total a los masones escoceses. No obstante fracasa la
insurrección, logran expulsar del país a embajador Joel R. Poinsett (1829), por
tratarse de un cristiano protestante, como considerársele una influencia nociva
al catolicismo mexicano.
Con el gobierno de Anastasio
Bustamante (1837 -1839; Villalpando y Rosas, 2007; 136). Lucas Alamán regresa
al Ministerio del Interior y de Asuntos exteriores. Destaca su preocupación,
aún dentro de gobierno centralista, por el control de los estados. La idea es
frenar la expansión del liberalismo anglosajón lideradas por la logia yorkina.
Medidas que disgustan a los masones yorkinos, por lo cual se levanta en armas
Vicente Guerrero, quien ya había sido presidente constitucional en 1829, el
cual es derrotado y ejecutado en 1831 (1837 -1839; Villalpando y Rosas, 2007;
134).
Lucas Alamán, por otra parte, al
crear el Banco del Avío, trata de promover la industria textil canalizando
apoyos financieros al fortalecimiento y consolidación de la industria textil de
telas baratas basadas en los insumos del algodón, lana y lino. Por ello, Alamán
ve unido el fortalecimiento de esta industria al necesario fomento de la
agricultura, especialmente la proveedora de insumos textiles.
Lucas Alamán prevé, por otra
parte, la posible pérdida del territorio de Texas. Para ello promueve dentro
del Congreso una Ley de colonización y la prohibición de que entre más
extranjeros a poblar dicho territorio (1839). Dicha medida llega demasiado
tarde. Para aquel momento el territorio de Texas cuenta con 24 mil 700
habitantes, de los cuales solo3 mil 400 son mexicanos. Este territorio entonces
era administrado por el estado de Coahuila (Delgado de Cantú, 2004; 144).
En el periodo de la Presidencia
interina de Mariano Paredes y Arrillaga (1845 – 1846; Villalpando y Rosas,
2007; 145). Lucas Alamán y otros seguidores importantes, como lo era el mismo presidente
interino (rescatando el Plan de Iguala que erige a Iturbide emperador),
procuran reinstaurar un gobierno monárquico, sueño que se esfuma ante la
invasión norteamericana. ¡Irónico resulta que un presidente republicano
promueva la creación de una monarquía! En agosto de 1846, año en que Estados
Unidos de América le declara la guerra a México, se restaura la República
Federal y la constitución de 1824.
Discursos de Anastasio Bustamante: Enero 1, 1831. Mayo 21, 1831. En la
apertura de las sesiones extraordinarias del Congreso. Agosto 1, 1831. Al
clausurar las sesiones extraordinarias del Congreso General. Diciembre 15,
1831.
Enero 1, 1831. Mayo 21, 1831. Agosto 1, 1831. Diciembre 15, 1831. |
|
El General
Bustamante, en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso General, el
1 de Enero de 1831.
Ciudadanos diputados
y senadores:
La Nación ve hoy
cumplidos sus más ardientes votos: el cuarto Congreso constitucional abre sus
sesiones, y este acontecimiento tan deseado llena de esperanza y satisfacción á
todos los mexicanos.
El restablecimiento
de la paz interior sobre las bases sólidas de la unión y de la justicia: el
arreglo de los ramos más esenciales de la administración: ¡qué de importantes
materias van á ser objeto de vuestras deliberaciones! ¡Un campo inmenso se
presenta delante de vosotros!
La tranquilidad ha
sido turbada por una revolución, tanto más funesta, cuanto que á pretexto de
principios políticos se interesan únicamente en ella miras y venganzas
personales, y se ataca á la sociedad en sus cimientos, la propiedad y la
seguridad individual. Desde un ángulo del Sur del Estado de México, se ha
atizado el fuego de la discordia, y se ha sembrado la división entre los
hermanos.
En tan funestas
circunstancias, el Ejecutivo, desempeñando la más importante de sus
atribuciones constitucionales, ha atendido al restablecimiento del orden, sin
el cual no hay verdadera libertad, y ha hecho uso de la fuerza pública que la
ley ha puesto en sus manos.
Pero si se ha visto
en la dura necesidad de cumplir con este deber, ha cuidado constantemente de
evitar cuanto fuese posible el derramamiento de sangre y de disminuir los males
de una guerra fratricida usando á la vez de todos los medios de lenidad para
llamar á la obediencia y concordia á los extraviados.
La revolución,
circunscrita hoy al Sur del Estado de México y á alguna parte de los de
Michoacán y de Oaxaca, va á ser muy en breve atacada en su centro: el Gobierno
ha reunido las fuerzas suficientes para este fin, ha cuidado de proveerlas de
cuanto ha sido necesario, y cuenta en su favor con la opinión pública y con los
auxilios de todos los Estados que uniformemente se han manifestado decididos en
su apoyo: pero, consecuente á los principios filantrópicos que siempre ha
profesado, deseoso de evitar la continuación del derramamiento de una sangre
que por cualquier lado que corra es siempre sangre mexicana, quiere presentar
la oliva de la paz antes que la espada de la justicia; quiere abrir la puerta
al desengaño de todos aquellos que han sido seducidos con las más escandalosas
falsedades y con las más inicuas tramas.
A este objeto se os
presentará en la primera sesión una iniciativa de ley que haciendo correr un
velo sobre lo pasado, deje asegurada la tranquilidad para lo sucesivo: os pido
la toméis desde luego en consideración.
El deseo del
Congreso, así como el del Ejecutivo, no puede ser otro que el restablecimiento
de la paz y de la unión fraternal entre los mexicanos: estos frutos preciosos
que la Nación deberá á vuestra sabiduría, se consolidarán por el olvido de
todos los extravíos pasados, y por la igual é imparcial distribución de las
gracias y recompensas, sin atender más que á la aptitud y mérito.
En medio de las
atenciones de la guerra, el Ejecutivo no ha descuidado los ramos de la
Administración que cimentan y engrandecen la sociedad y tiene la complacencia
de manifestaros en general lo que en cada uno de los departamentos del Gobierno
se ha hecho, dejando los pormenores para las memorias que presentarán, conforme
á la Constitución, los Secretarios del despacho.
Las relaciones
exteriores han sido aumentadas y consolidadas: la amistad que ya existía con
algunas potencias de América y Europa se ha estrechado; en breve se pasará al
Congreso para su aprobación constitucional el tratado de amistad y comercio con
los Estados Unidos del Norte. El Imperio del Brasil ha reconocido nuestra
independencia.
Lo ha hecho
igualmente la Francia, y habiéndose nombrado con oportunidad Plenipotenciario,
á quien se han dado poderes é instrucciones suficientes para celebrar un
tratado con aquella potencia, nuestras relaciones con ella se pondrán bajo el
pie de reciprocidad conveniente.
Todos los ramos de la
administración interior han sido atendidos: la industria nacional ha sido
impulsada, y el establecimiento de fábricas de algodón y lana, así como el
fomento de varios productos naturales del país, eximirán á la República de una
parte del consumo que hace de efectos extranjeros: la administración de los
bienes destinados al fomento de las misiones de California ha sido
regularizada, y los misioneros, tanto de éstas corno de las demás dependientes
de la Federación, han comenzado á percibir los sínodos de que carecían muchos
años ha.
La Iglesia mexicana
ha sido objeto de la constante solicitud del Gobierno: proveerla de dignos
Pastores era su primera necesidad, y ha sido también el primer cuidado del
Ejecutivo, siguiendo á este fin con la Silla Apostólica las negociaciones más
activas, de las que se promete un feliz resultado.
Para la
administración de justicia se han propuesto al Congreso útiles reformas, y se
han practicado todas aquellas que cabían en las facultades del Ejecutivo. Ella,
sin embargo, exige toda la atención de las Cámaras.
No se ha atendido
menos al arreglo, organización y equipo del Ejército, firme apoyo de la
independencia y del orden.
Las circunstancias lo
han sujetado á continuas fatigas, y en ellas ha confirmado el concepto bien
merecido de la constancia que caracteriza al soldado mexicano, así como los
mayores peligros, su valor y disciplina le han hecho acreedor á la gratitud
nacional.
Ni los rigores del
clima, ni las fatigas y penalidades de continuadas marchas, ni las privaciones
consiguientes á ellas, ni los reveses inseparables de las vicisitudes de la
guerra, nada, nada ha podido debilitar la firmeza de los militares mexicanos:
en todas partes constantes, en todas circunstancias fieles y decididos, el
cumplimiento de sus deberes ha sido su norma, y el restablecimiento y sostén de
la Constitución y de las leyes que han jurado observar, el único objeto de sus
esfuerzos. A su moralidad y civismo se debe la seguridad de las propiedades y
de las personas, la conservación del orden y de la sociedad.
Aguerrido entre sus
filas, partícipe de sus trabajos y de sus glorias, su compañero en las
brillantes empresas de la Independencia y del restablecimiento de la
Constitución y las leyes, permítase este desahogo á mi inclinación y
reconocimiento.
En el ramo de
Hacienda, no obstante los vicios de que adolece su organización, y cuyas
reformas no podrán verificarse entretanto no se expidan las leyes que han
quedado pendientes en las Cámaras, se han hecho mejoras tan visibles que no
podrían negarlas ni aun los más encarnizados detractores de la actual
administración.
En medio de una
guerra tan dispendiosa, y sin perjuicio de la preferencia con que se han
cubierto los gastos extraordinarios que ella causa, y los vencimientos de las
tropas que operan contra los enemigos del orden en campaña, las cuales están
pagadas por todo el año anterior, se han cubierto cuasi del todo las demás
cargas de la Tesorería por el mismo período de tiempo, con algunas excepciones
ocasionadas por circunstancias locales: ventajas todas debidas á las medidas
dictadas por la arreglada recaudación de las contribuciones, y al orden y
economía con que se ha procedido en la distribución de los caudales públicos.
El Congreso oirá con
satisfacción, que lejos de haberse aumentado la deuda nacional en el año de
1830, como debió temerse á consecuencia de las erogaciones enormes de la guerra
que se sostiene, se ha disminuido considerablemente, habiéndose satisfecho más
de un millón y medio de pesos de las deudas que contrajo la administración anterior,
lo cual unido al puntual cumplimiento de las nuevas obligaciones, ha
restablecido el crédito en el interior bajo el pie de absoluta confianza, en
que hoy se halla.
Para obtener igual
resultado en el exterior, se ha celebrado un convenio con los prestamistas, y
la religiosa observancia de las condiciones establecidas elevará el crédito de
la República entre las naciones extranjeras, del mismo modo que la buena fe de
que se ha usado en los negocios lo ha asegurado ya en el interior.
Los enemigos internos
reprimidos, el crédito y la confianza restablecidos, la Hacienda y el Ejército
mejorados, la amistad con las potencias amigas estrechada, aumentado el número
de éstas por el reconocimiento que han hecho de la independencia el Brasil y la
Francia, todos los ramos de la administración vigorizados á pesar de las
atenciones preferentes de una guerra destructora y dispendiosa; tal ha sido el
resultado de los trabajos del Ejecutivo en el año anterior: lo que resta,
señores, será obra de vuestras tareas: la República lo espera todo de vuestra
sabiduría; á ella se deberá el restablecimiento de la paz, á ella la
organización perfecta de los diversos ramos de la Administración y la felicidad
permanente de los mexicanos.
Para obtener tan
inapreciables bienes, contad, señores, con la eficaz cooperación del Ejecutivo,
y con el firme apoyo de todos los verdaderos amantes de la patria.—Dije.
Contestación del Sr.
Presidente de la Cámara de Diputados, Dr. D. Miguel Valentín, el 1 de Enero de
1831.
La nación mexicana,
al salir del caos del despotismo por la voz de la Independencia, se halló
comprometida á marchar por una carrera noble y honorífica, pero tan nueva como
ardua: sus luces y sus virtudes estaban en germen por el maligno influjo que
acababa, y no teniendo á su frente un genio superior que la dirigiese, ¿por qué
ha de parecer extraño que á las veces padeciese aberraciones peligrosas que han
retrasado sus progresos y arriesgado su existencia?
La fuerza y la
novedad de sus sensaciones, y la embriaguez misma de la libertad, destituidas
de la experiencia, ¿no debían hacer que tropezase ó corriese en pos de
fantasmas engañosos?
Es verdad que tenía á
la vista otras naciones que se vieron en las mismas circunstancias; pero los
hombres y las naciones no se corrigen con los ejemplos ajenos, cuando apenas
escarmientan con sus propios reveses.
Mas ya parece que los
mexicanos han aprendido las severas lecciones que la infalible experiencia
escribió con lágrimas y sangre para que nunca se borren de su memoria.
Así es que después de
las convulsiones y desastres á que fué precipitada por el espíritu particular é
interesado de algunos, vemos á esta nación, naturalmente sensata y penetrante,
abominar todo plan, todo proyecto que, dictado para el engrandecimiento de unos
pocos, se desentiende y destruye por consiguiente la salud pública y los bienes
comunales.
Dócil á los acentos
de la razón y resuelta á no someterse sino á las leyes, se ha reunido en
derredor de su código sagrado, y llevará con placer el yugo suave de la ley, la
misma que romperá fácilmente las cadenas de la esclavitud, porque tal es el
noble carácter mexicano.
Después de haber
emitido libremente sus votos para elegir sus representantes, se halla en una
expectación ansiosa para escuchar y obedecer sus sanciones que mira como
emanaciones de su propia voluntad, porque ellos no son el instrumento de un
partido, sino los órganos legítimos de la opinión y voluntad del pueblo
anahuacense.
Esta reunión de
verdaderos mexicanos desea con vehemencia consagrar todas sus facultades,
sacrificar todas sus fatigas sobre el altar de esta patria que con su confianza
la ha dacio el más glorioso título y puesto en el compromiso más arduo para
sostener sus instituciones.
Su primer movimiento
será ponerse en actitud paternal, y tender una mano compasiva á nuestros
hermanos descarriados, convidarlos con la indulgencia, y excitarlos á que
unidos con la incomparable mayoría de la nación, hallen su felicidad en la
reconciliación, y colmen el gozo de su patria.
Una sola divisa será
adoptada, una sola voluntad fundirá todas las divergencias, y todos seremos
venturosos bajo este solo sentimiento: observancia de la Constitución y las
leyes.
Cuando una sección
pequeña se sobrepone, es necesariamente perseguidora, porque en la persecución
halla su apoyo; pero la nación, segura de su poder, es indulgente y generosa.
Después de esto,
afirmar y arreglar el pleno goce de la libertad verdadera, organizar los
grandes elementos nacionales, restablecer el orden y actividad de la justicia,
dar impulso á la educación republicana, y, en fin, en el vasto campo que se
abre delante, elegir todos los medios que labren y aseguren la prosperidad y la
gloria mexicana, será el único objeto que ocupe al Congreso nacional.
No se lisonjea del
acierto: promete sólo trabajar con tesón y dedicar todos sus esfuerzos para
llenar sus deberes: cuenta con el unánime y eficaz deseo de los funcionarios
para hacer el bien: cuenta con el buen juicio, noble índole y amor al orden que
distingue á los mexicanos.
Si así no fuese, es
menester no disimular que la dificultad y complicación actual de los negocios
es tanta que debería desalentarlo.
Largas y detenidas
meditaciones, tareas penosas y constantes, desinterés y pura intención: si esto
fuere bastante, es lo que hallareis ¡oh mexicanos! en vuestros representantes:
más allá de esta raya, á vosotros os toca el éxito feliz de sus conatos.
Acordaos que el
sistema federal es el invento más admirable de la beneficencia humana, porque
supone y exige grandes virtudes y costosos sacrificios: la ley exige para su
ejecución manos puras y activas, y la moralidad es el alma que vivifica y
eterniza las repúblicas.
No resistáis á los
grandes destinos que os prepara la Providencia: haced antes bien con una
conducta virtuosa, que apresuren su llegada, colmen vuestra ventura y hagan á
vuestra patria la más deliciosa de la tierra.
Discurso del General
Bustamante, al cerrar las sesiones ordinarias del Congreso, el 21 de Mayo de
1831.
Ciudadanos diputados
y senadores:
Al terminar las
sesiones del primer período de la actual Legislatura, cumplo un deber grato á
mi corazón, felicitándoos por el restablecimiento de la paz, á que tanto habéis
contribuido con la sabiduría de vuestros acuerdos.
La República goza hoy
de este beneficio inestimable, que se hace más precioso por haberlo alcanzado
después de una larga serie de inquietudes, y cuando tantos pueblos del Antiguo
y Nuevo Mundo se hallan careciendo de él.
En estas
circunstancias extraordinarias, y apenas se recuerdan en los anales del
Universo otras semejantes y de una naturaleza tan trascendental, es cuando los
Estados Unidos Mexicanos deben consolidar sus instituciones, afianzar su
bienestar, y elevarse por la sabiduría de sus leyes al alto rango que la
Providencia en sus decretos eternos les ha señalado.
Si para obtener el
restablecimiento del orden interior ha sido preciso algunas veces dejar libre
el ejercicio de las leyes penales en todo su rigor, no ha sido menos oportuno
el atemperarlo con aquellas medidas de lenidad que harán desaparecer el fatal
genio de la discordia, reconciliando los ánimos divididos, y alejando los
horrores de una guerra fratricida: con tal motivo no puedo dejar de manifestar
mi gratitud al Congreso en este acto solemne, por la confianza con que depositó
en el Ejecutivo la autoridad necesaria para llevar á cabo tan deseado objeto.
Así se han fundido
los partidos en la masa de la Nación, y ésta, aprovechando las luces y la
aptitud de todos sus hijos, camina con sus fuerzas reunidas á su prosperidad y
engrandecimiento.
Si aun aparecen en algún
Estado cuadrillas de malhechores, restos inevitables de las convulsiones
pasadas, una persecución activa las hará en breve desaparecer, y la severidad
de las leyes impondrá el justo castigo que merecen los que intentan todavía
turbar el reposo público.
La República comienza
á percibir de una manera palpable los beneficios de su emancipación y de la
liberalidad de sus instituciones. Sus relaciones se extienden en el exterior, y
la independencia reconocida por la Francia y por la Prusia, se fortifica á virtud
de tratados que se están negociando con la primera y que se han celebrado ya
con la segunda.
Los lazos fraternales
con las potencias de nuestro continente se estrechan, y el poderoso influjo de
la benevolencia mutua entre todas, no contribuirá poco á calmar las inquietudes
á que las más han estado sujetas, por desgracia, con demasiada frecuencia.
La Iglesia mexicana,
por tanto tiempo privada (le Pastores, adquirirá pronto un nuevo esplendor por
la provisión de las mitras vacantes, que ha sido el resultado de las
negociaciones que se han seguido con la Santa Sede.
La Hacienda pública
se mejora todos los días: el crédito en el exterior se robustece y consolida,
merced á la puntual observancia de los compromisos celebrados con los
prestamistas, y en el interior se halla en un pie de absoluta confianza.
De la deuda contraída
con los cosecheros de tabaco, que proviene de una época bastante remota, y que
ascendía á cosa de un millón y doscientos mil pesos, queda satisfecha la mitad;
y la que causó la administración anterior obligando los productos de las
aduanas marítimas, que importaba más de un millón y cuatrocientos mil pesos, se
ha pagado del todo, ascendiendo lo satisfecho por ambas al total de más de dos
millones de pesos, suma muy considerable si se atiende á las penosas
circunstancias en que la República se ha hallado, y á las demás cantidades que
se han aplicado del producto de las aduanas al pago de dividendos de la deuda
extranjera, y á la formación del fondo del Banco de Avío para fomento de la industria,
conforme á las leyes respectivas.
Las aduanas, libres
ya del gravamen de 15 por ciento del importe total de sus productos, que so
señaló por la ley de 4 de Marzo de 1830 para cubrir aquellos compromisos,
auxiliarán más eficazmente en lo sucesivo el pago de los gastos federales.
El Ejército adelanta
en su organización y disciplina, á pesar de los grandes obstáculos con que á
cada paso se tropieza, por la falta de algunas leyes que se han iniciado.
La industria nacional
ha recibido un impulso muy poderoso: ramos que estaban en olvido renacen para
contribuir á la riqueza pública: se forman en muchos puntos compañías
industriales que provistas de máquinas y maestros, que se han hecho venir, en
cumplimiento de las benéficas leyes de 6 de Abril y 16 de Octubre de 1830,
comenzarán á derramar sus productos, y á dar que hacer á muchos brazos hoy
ociosos.
La ciudad federal, en
virtud de las providencias contenidas en la ley de 1 del presente, cuenta con
los fondos necesarios, no sólo para atender á los ramos de policía, sino para
fomentar la instrucción de la juventud, la enseñanza de las artes útiles, é
introducir en el régimen de las prisiones aquellas reformas convenientes para
mejorar las costumbres de los presos, á lo que contribuirá mucho el cómodo
local que se les destina
Las obras ejecutadas
á consecuencia de la ley de 9 de Febrero último, en el desagüe de las lagunas
que circundan esta ciudad, la han puesto á cubierto del peligro de una
inundación.
La translación de la
Academia de Bellas Artes y del Museo de antigüedades á la casa de la extinguida
Inquisición, aumentará el lustre de la capital de la República, y en el siglo
de las luces será una justa retribución, de lo que contribuyó á obscurecerlas
el destino que antes tuvo aquel edificio. Una halagüeña existencia se prepara
para la Nación, y un porvenir de felicidad se descubre no muy remoto.
Para realizar estas
esperanzas, el Ejecutivo ha hecho cuanto dependía de sus atribuciones; pero se
necesitan otras providencias que no caben en sus facultades constitucionales; y
no siendo posible demorarlas hasta las sesiones ordinarias del año inmediato,
habré de proponer dentro de breve al Consejo de Gobierno la convocación á
extraordinarias. Las exige indispensablemente la aprobación que queda pendiente
de los tratados con Chile, los Estados Unidos del Norte, la Prusia y las
Ciudades Anséaticas.
Las requiere también
el arreglo de varios puntos de que dependen las mejoras de la Hacienda federal,
la completa organización del Ejército y la perfecta administración de Justicia.
Reposad, pues, entretanto, señores, de las tareas legislativas de que os habéis
ocupado, para consagraros á ellas de nuevo, correspondiendo á la esperanza que
la nación ha fundado en vuestro patriotismo y sabiduría.—Dije.
Contestación del
Presidente del Congreso, D. Francisco Manuel. Sánchez de Tagle, el 21 de Mayo
de 1831.
Señores diputados y
senadores:
Ninguna ó rara vez
había el Ejecutivo presentado un cuadro, al paso que lisonjero, más exacto y
verídico del estado actual de la Nación y de sus futuras esperanzas. Lo habéis
oído: nada hay en él de exagerado, ni suceso de que no seamos testigos, ni
pronósticos que la política no apoye.
Sea mil veces
enhorabuena, porque huyó la tempestad de nuestros climas y porque la terrible
que se percibe de lejos, al otro lado de los mares, promete conducir riegos y
escombros que fertilicen maravillosamente nuestro suelo.
Congratulémonos
también á vista del impulso que en el presente año han recibido todos los
elementos de la pública prosperidad por nuevas leyes y por activas
providencias, que han comenzado ya á desarrollarlos, anunciando frutos copiosos
y sazonados.
Si un augusto
precepto no me impidiese descender hoy á pormenores, con qué placer analizaría
las medidas insinuadas, demostrando la influencia que han tenido en los
prósperos acontecimientos logrados, y la segura que deben tener en los futuros!
Séame, no obstante,
lícito el haceros notar, que las mayores Potencias de la Europa, reconocida ya
nuestra independencia, se apresuran á formar relaciones con nosotros: nuestras
antiguas hermanas ansían por nuestra amistad: que nuestras iglesias, ha días
viudas y desoladas, van á dejar de serlo: que presidiendo la sabiduría y la
cordura en las deliberaciones del augusto Congreso Mexicano, la clemencia y la
justicia hermanadas, han reducido al extraviado sin destruirle; la hacienda
pública ha satisfecho empeños retardados, ha adquirido organización y unidad;
la economía, bien entendida, ha destruido con una mano impuestos ruinosos,
ministrando con la otra recursos necesarios en arbitrios prudentemente
combinados; se han distribuido premios al mérito, estímulos al patriotismo, sin
excitar la ambición reprensible; se han dado seguridades eficaces al honor del
ciudadano, y á sus intereses y vida; se ha proporcionado alivio y subsistencia
al enfermo y al preso: á todo, en fin, se ha atendido sin estrépito, y para
todo ha alcanzado, sin necesidad de vejaciones.
He aquí, señores, el
resultado de vuestras sabias é incesantes fatigas, y del patriótico celo con
que, olvidados de vosotros mismos, ya que no os fué ciado multiplicar las horas
de los días, supisteis multiplicar las del trabajo.
La paz, el orden,
esos dulces objetos porque suspira el corazón de todo hombre, que busca, aun
cuando equivocado los ataca y destruye, y por los que anhela aun el guerrero en
el calor mismo del combate, sacrificando su vida á la esperanza de adquirirlos,
de consolidarlos, esos han sido el único fin de vuestras prolongadas tareas.
No son muchas en
número las leyes que habéis dictado en estos cinco meses, ni os lisonjearé con
deciros que todas llevan la marca de la absoluta perfección; pero tenéis la
gloria de que nada habéis ordenado sin meditación muy detenida: nada habéis
destruido sin edificar antes, y aprovechando, diestros ecónomos, los restos
servibles de los antiguos edificios.
Tenéis la gloria de
dejar casi concluidos muchos interesantísimos trabajos; y, sobre todo, la de
que en la historia de nuestra jurisprudencia nacional, las páginas consagradas
al año de 1831 no tendrán las feas manchas de leyes de circunstancias,
arranques del espíritu de partido, ni resoluciones temerarias. Esta, repito, es
vuestra gloria y esta será vuestra divisa.
Va á cerrarse el
augusto santuario de las leyes; pero ni la Constitución ni la patria os llaman
al descanso: objetos más altos y sublimes hicieron prescribir la suspensión que
vengo hoy á anunciaros: se quiere que interrumpáis unos días el pronunciar
vuestros oráculos, pos daros tiempo para que una observación menos interrumpida
examine los que ya se han dictado y una meditación más profunda, por más
silenciosa, prepare mejor los que deben dictarse.
El edificio que la
nación encomendó á vuestra pericia, está muy lejos de concluirse, y si conviene
darle pausas periódicas es sólo para que el tiempo consolide lo fabricado,
descubra los flacos, y el artífice acopie materiales y perfeccione el plano.
Difícilmente se
presentarán á una nación circunstancias más favorables para su engrandecimiento
que las con que nos brinda hoy la Providencia: ajenos bienes deben engrosar
nuestra riqueza; ajenos males deben acelerar nuestra felicidad y perfección
social: no se necesita más que cordura, prudencia y aprovechar las coyunturas:
sírvanos, pues, el tiempo de receso, para observar el Viejo Mundo con ojos
filosóficos, á fin de evitar sus desgracias y aprovecharnos de ellas,
preparando desde ahora el no lejano día que el Arbitro Supremo de los imperios
ha fijado, para que este nuestro hemisferio, joven, robusto y de elegantes
formas, subrogue al anciano que caduca y flaquea ya por todas partes.
Trabajad, pues, cauta
y cuidadosamente en la grande obra; la patria no espera menos de vosotros; y
yo, que os conozco; no dudo profetizarle que no será burlada su
esperanza.—Dije.
Discurso pronunciado
por el Vicepresidente de la República, en la apertura de las sesiones
extraordinarias, el 1 de Agosto de 1831.
Ciudadanos diputados
y senadores:
Las circunstancias en
que se abrieron las sesiones ordinarias del presente año, exigieron que en
ellas, tanto la atención del Congreso como la del Gobierno, se fijase casi
exclusivamente en la discusión de las medidas que teniendo por objeto el
restablecimiento de la paz, debían ser consideradas como de absoluta
preferencia.
Hoy, conseguido ya
aquel grande y principal fin, el Ejecutivo, con acuerdo del Consejo de
Gobierno, os llama á vuestras tareas y presenta á vuestra ilustrada
deliberación aquellos asuntos que entonces no pudieron tomarse en
consideración, y que por su urgencia é importancia os anuncié que harían
indispensable la convocación á sesiones extraordinarias.
Así es, señores, que
tendréis que ocuparos de la aprobación de los tratados celebrados con varias
potencias; los cuales, confirmando á la República el grado de consideración que
se le debe entre los pueblos soberanos é independientes, afirman nuestras
relaciones exteriores con el reconocimiento solemne de nuestra existencia
política.
Muchos ramos de
administración interior reclamarán igualmente vuestra atención, ora sea para la
mejora de la Hacienda Pública y de la Administración de Justicia, ora para el
fomento de la industria, ó ya, en fin, para el arreglo del Ejército y Marina.
La Nación se halla hoy en aptitud de desarrollar todos sus elementos para
obtener en breve aquella prosperidad que le prometen su situación, su clima, su
riqueza natural y la libertad de sus instituciones.
Los pueblos todos,
fatigados de las inquietudes frecuentes que por desgracia hemos sufrido,
reconocen que la felicidad de las naciones no se disfruta sin la fiel
observancia de las leyes y el respeto debido á las autoridades constituidas:
una triste experiencia les ha hecho ver que los excesos de la demagogia no son
menos ruinosos que la opresión de la tiranía, y que sólo el orden y la
moderación aseguran el bien general de las sociedades, así como el particular
de sus individuos.
Fomentad, señores,
estas excelentes disposiciones con la sabiduría de vuestros acuerdos, y el
pueblo mexicano será, en breve, el más feliz del Universo.—Dije.
Contestación del Sr.
Presidente del Congreso, D. Mariano Blasco.
La importancia y
gravedad de los asuntos que van á ocupar á las Cámaras, serían bastantes para
que desmayara un celo menos infatigable é ilustrado que el que felizmente anima
á los representantes de los Estados Unidos Mexicanos.
En efecto, los
tratados con las potencias extranjeras consolidan y engrandecen la
independencia nacional; mas igualmente nos ligan con deberes cuya observancia
llega tal vez á ser gravosísima, y, sin embargo, necesaria para evitar un
rompimiento desastroso.
La Hacienda Pública
exige para sus progresos, economía en los gastos y precauciones para la pureza
en el manejo; pero no es fácil dictar providencias eficaces al intento y que no
adolezcan de los resabios de un mezquino interés ó de una suspicacia
degradante.
El orden público y
los derechos de los ciudadanos requieren, para ser garantidos, la enérgica y
pronta administración de justicia; mas ¡cuán difícil es conciliar las medidas
represivas del crimen con las fórmulas tutelares de la inocencia!
La Patria reclama de
sus hijos que marchen impávidos á combatir á los enemigos de su independencia,
de sus instituciones ó de sus derechos, y que en las aras del honor sacrifiquen
heroicamente su reposo, sus comodidades y aun la vida; pero las reglas para
estos sacrificios no deben desviarse de la justicia, la equidad y la prudencia.
Abusaría yo demasiado
de la benignidad con que se me escucha, si intentara manifestar todas las
dificultades que tiene que vencer el Congreso, para desempeñar debidamente las
augustas funciones de su ministerio.
Los Estados y los
ciudadanos las conocen; pero todo deben esperarlo del celo y probidad de sus
representantes: éstos no tienen otro interés que el de la Patria: la
prosperidad y el engrandecimiento de ella son el único objeto de sus afanes, y
no aspiran á otra gloria que la de corresponder dignamente á la confianza con
que se hallan honrados.—Dije.
El General Bustamante
en la clausura de las sesiones extraordinarias el 15 de Diciembre de 1831.
Ciudadanos diputados
y senadores:
La gravedad de los
negocios que quedaron pendientes en las sesiones ordinarias del año presente,
obligaron á convocaros á las extraordinarias, para cuya solemne clausura tengo
hoy la satisfacción de hallarme entre vosotros.
Ellos han sido el
objeto de vuestras deliberaciones y lo serán también de la constante atención
del Gobierno para el cumplimiento de vuestros acuerdos y para la final
terminación de las negociaciones diplomáticas sobre las cuales aquéllas se han
versado.
Los tratados de
amistad, comercio y navegación celebrados con diversas Potencias, han ocupado
por mucho tiempo vuestra atención, y ellos la requerían toda entera, pues
cuando se trata de pactos solemnes que van á asentar los fundamentos de nuestro
derecho internacional, era preciso examinar con circunspección y detenimiento
todas las obligaciones que estos pactos nos imponen y todos los derechos que
nos procuran.
No es de extrañar
tampoco que algunos de sus artículos hayan presentado dificultades; pues que
siendo nuestras circunstancias muy peculiares, no siempre podría tomarse por
guía para el acierto lo que se haya practicado por otros pueblos, y era preciso
combinar los intereses comerciales de las potencias enemigas con los propios
nuestros, para que sin defraudar en nada lo que á aquéllas es debido, se
conservase ileso el derecho inherente á la independencia, de arreglar, según
nuestra conveniencia, nuestro comercio interior.
Vatios puntos
administrativos han dado materia á vuestras tareas, y si tenéis que suspender
éstas antes de terminar todos los negocios asignados en la convocatoria, bien
pronto vais á recomenzarlas en las sesiones próximas; y en ellas os ocuparéis,
sin duda de preferencia, de todos aquellos asuntos cuya importancia se
recomienda por sí misma y que no han podido ser resueltos en las que hoy terminan.
El corto intervalo
que ha de mediar entre unas y otras, me dispensa esta ocasión de hablaros
extensamente acerca del estado general de la República.
Diré, sin embargo,
que la paz interior se ha conservado, á pesar de algún amago momentáneo, de
verla de nuevo turbada: ella se halla cimentada sobre la firme base del deseo é
interés de la gran mayoría de los habitantes de la República; y si de tiempo en
tiempo se manifiesta todavía algún conato de alterarla, resultado inevitable de
las anteriores inquietudes, es bien pronto sofocado por la fuerza de la opinión
general.
Así es que en medio
del sacudimiento universal que conmueve á casi todo el mundo, estos Estados han
disfrutado de tranquilidad; y recogiendo el fruto de la experiencia propia y
ajena, reconocen cada día más y más las ventajas de la independencia que les ha
procurado tan inapreciables beneficios, y de las instituciones liberales que se
los aseguran, bendiciendo á la Providencia, que con mano paternal se los ha
dispensado.
Continuemos, señores,
afianzando estos inestimables bienes; y que en vuestra próxima reunión las
mejoras que introduzcáis en nuestras legislaciones, las reformas que decretéis
y el arreglo que establezcáis en todos los ramos administrativos que aun lo
necesitan, hagan cada vez más preciosa esta paz, que el Ejecutivo mantendrá con
toda la energía necesaria, usando del poder que la Constitución ha depositado
en sus manos.—Dije.
Contestación del Sr.
D. Rafael Olaguíbel, Presidente de la Cámara de Diputados.
Señores:
Si el deber constitucional
no me impusiera hoy, al dirigiros la palabra, unos límites sagrados, que no me
es lícito traspasar, ¡con qué placer haría yo delante del pueblo mexicano la
reseña de nuestras tareas legislativas! Testigo del empeño infatigable con que
habéis procurado llenar los altos deberes que os impuso la nación, yo
emprendería trazar el cuadro de los trabajos que en estas sesiones
extraordinarias habéis llevado á su perfección, y de aquellos otros también,
que si no habéis podido concluir, no por eso son menos importantes, ni menos
dignos del aprecio público.
Las serias y
repetidas discusiones que por muchos días han ocupado á una y otra Cámara sobre
los tratados con las repúblicas de Chile, con la del Norte—América, con la
Francia, con la Prusia y con las Ciudades Anseáticas, darán á conocer al mundo
civilizado que la nación mexicana es muy acreedora á este glorioso título; pues
sabe apreciar su dignidad y conciliar sus intereses con los de las naciones sus
amigas.
El arreglo de la
preciosa renta del tabaco, tan difícil de combinar, como lo acredita la
experiencia de cinco legislaturas; el de la administración de justicia, porque
tanto tiempo han suspirado los habitantes del Distrito Federal y los
Territorios; el del contingente con que los Estados de la Federación, aliviados
en gran parte del peso que hasta aquí no han podido soportar, auxilien ya con
algún desahogo para los gastos comunes é indispensables: los medios de hacer
efectivo el cobro de los derechos de importación, asegurando los intereses
nacionales sin perjudicar al comercio: la derogación de la ley del 27 de
Septiembre de 1823, esa arma peligrosa de que han abusado á la vez todos los
partidos, y que debe sustituirse por otras que defiendan la tranquilidad
privada y la pública, sin ofender las garantías individuales; la importantísima
ley sobre bancarrotas, y otros varios asuntos que han sido la materia de
vuestras augustas deliberaciones, formarían la parte más interesante del
cuadro, y la nación toda vería en él un testimonio nada equívoco de vuestro
anhelo por corresponder á la honrosa confianza que hizo (le vuestra probidad y
de vuestras luces.
Mas ya que no me es
permitido ni me sería posible tampoco el bosquejarlo, séame lícito haceros
observar que vuestros apreciables trabajos han sido ejecutados en la calma y en
la moderación que debe siempre distinguir á las asambleas legislativas.
Supisteis disipar
oportunamente la nube tempestuosa que al comenzar estas sesiones amenazaba
turbar el reposo público, y vuestra marcha grave y circunspecta aseguró á la
nación entera la quietud que necesitaba para pensar en sus verdaderos
intereses, y á vosotros mismos el sosiego y la libertad indispensables para
promoverlos.
Así es que el
espíritu público, tomando su natural dirección, reanima por todas partes la industria,
protege el laboreo de las minas, fomenta la agricultura, promueve la educación,
y favorece las empresas más útiles y ventajosas á la sociedad: mientras que
vosotros, consagrados enteramente á la felicidad común, os habéis ocupado .3r
desempeñar el tan importante como difícil cargo de legisladores.
Pocas leyes formarán
la primera parte de vuestro código; pero ellas llevarán siempre grabado el
sello de la meditación y de la imparcialidad; y cuando la historia consagre sus
páginas al año primero de la cuarta legislatura constitucional, no tendrá que
mancharlas con medidas de circunstancias, ni con resoluciones dictadas por el
espíritu de partido.
Yo, pues, al
anunciaron, como ministro de la ley, la terminación de vuestras sesiones
extraordinarias, os felicito por esta gloria que habéis sabido adquirir y
conservar, y que distinguirá en todos tiempos la época memorable de vuestra
misión legislativa.
Bien es verdad que
esa misma gloria no es exclusivamente vuestra: es también del actual Gobierno,
que habiendo proclamado á la faz de los pueblos Constitución y leyes, ha
sostenido con honor esta divisa eminentemente nacional. Fiel á sus juramentos,
ha respetado la libertad de vuestras deliberaciones, y no ha venido á turbarlas
con alarmas exageradas ó supuestas, precursoras fatales en otros tiempos
calamitosos de las desgracias que han afligido á la Nación.
Sea enhorabuena por
la perfecta y constante armonía con que los supremos poderes de la Federación
trabajan por su prosperidad y engrandecimiento. Ella continuará siendo, como
hasta aquí, el origen de la paz que felizmente disfrutan hoy los mexicanos y
cuya conservación está unida á sus más caros intereses.
Retiraos, señores,
por pocos días á preparar nuevos materiales para el trabajo. La Patria os
espera en este lugar dentro de breve tiempo, y confía en vuestras luces, en
vuestra integridad y en el espíritu nacional que os anima, que al terminar el
segundo año de vuestras tareas legislativas, dejaréis afianzada esa paz tan
inapreciable que habéis sabido conservar en el primero, concluidas hasta su
última perfección las útiles labores que tenéis tan adelantadas, y satisfechos
plenamente sus deseos y vuestros votos por el bienestar de todos los habitantes
de la Repúblic
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