viernes, 12 de octubre de 2012

PROYECTOS EDUCATIVOS


Al consumarse la independencia, el país enfrentaba una difícil situación. La larga guerra había dañado fuertemente la industria, el comercio exterior y la agricultura, y en general a todos los sectores de la economía. 
El 25 de febrero de 1822 comienza su actividad el Congreso Constituyente, que pronto entrará en roces con la Regencia: el Congreso se proclama único representante de la soberanía de la nación, prohíbe los gastos no autorizados por él, y elimina los empréstitos forzosos. El 18 de mayo se produce un motín del regimiento de Celaya exigiendo que Iturbide sea elegido emperador; otras unidades de la guarnición de la capital se unen a la sublevación. Bajo esta presión, a la mañana del día siguiente el Congreso proclamó emperador a Iturbide, que fue coronado el con el nombre de Agustín I. El empleo de la fuerza militar por Iturbide estableció costumbres peligrosas. Así fue que el 19 de marzo de 1823, ante la presión militar a que fue sometido, Iturbide renunció al trono que ocupó durante diez meses.
Al final del imperio de Iturbide, se permitió el desarrollo de dos formas de percibir la parte política, incubadas a lo largo de la colonia:
Por parte de la logia yorkina: el Partido Liberal y por parte de la logia escocesa: el Partido Conservador.

*Partido Liberal
Llamado también partido del Progreso y dividido en puros y radicales, fue fundado por José María Luis Mora a principios del s. XIX.
Quienes lo apoyaban, eran gente de modestos recursos, profesión abogadil, clero bajo, juventud y larga cabellera, entre ellos están: José Ma Luis Mora, Santos Degollado, Epitacio Huerta, Guillermo Prieto, Juárez, Ocampo, Parrodi, Payno, Silíceo, Comonfort, Manuel Doblado y Ponciano.
El proyecto político, era introducir cambios profundos en la sociedad para quitar el despotismo y poner libertades políticas y civiles. Se pensaba en una República Federal, Democrática, Representativa, Burguesa y Popular, estableciando los tres poderes: legislativo, ejecutivo y judicial. Querían que hubiese igualdad ante la ley mantaniendo la constitución de 1824. Otorgar libertades individuales para consagrarse al trabajo, industria, comercio etc, de cada uno. Habiendo tolerancia de religiones.
*Partido Conservador
Quienes lo apoyaban, eran gente rica, del ejército, terratenientes, etc. Como por ejemplo Lucas Alamán (fundador), Airangoiz, Elguero, Zuluaga, Juan Nepomaceno, Antonio Haro, Miramón, Osollo, Márquez, etc.
Su proyecto político, es continuar con el antiguo régimen y orden social español, basado en privilegios en prejuicio de otros. Son sin elecciones. Monarquía centralista con estados convertidos a departamentos, que son 100% independientes del monarca. Son anti-federalistas.


La educación en el siglo XIX
La educación fue una preocupación profunda para algunos novohispanos que participaron como diputados en las Cortes de Cádiz en marzo de 1812. Desde entonces, existen antecedentes de comisiones o comités legislativos que participaron activamente en proyectos para poner en marcha un sistema educativo mexicano. De esta forma, bajo el amparo del Reglamento para el Gobierno Interior de las Cortes de Cádiz en septiembre de 1813, se constituyó la Comisión de Instrucción Pública, el primer cuerpo legislativo encargado de los temas educativos en México.[1]
No obstante, el primer cuarto del siglo XIX fue particularmente difícil para la historia constitucional de México. En esta época se promulgó el documento “Los Sentimientos de la Nación”, una constitución liberal que sentó las bases para el debate legislativo en el Congreso de Chilpancingo. A pesar de su trascendental importancia en la conducción de la lucha por la independencia, esta constitución no contempló expresamente el establecimiento de comisiones de trabajo legislativo.  
Una situación similar ocurrió con la aprobación del Reglamento para el Gobierno Interior de la Soberana Junta Provisional Gubernativa del Imperio Mexicano de 1821. La debilidad del incipiente Estado mexicano para atender asuntos relacionados con la legislación educativa caracterizó este periodo. La clase política mexicana de ese entonces no tenía como principal motivación crear un sistema educativo nacional, puesto que tenía la posibilidad de educar a sus hijos en el extranjero o con preceptores particulares. Como explica Anne Staples, la instrucción de los grupos populares le interesaba sólo a la élite en cuanto le facilitaba el control social.[2]
Una vez consumada la independencia con los Tratados de Córdoba, el 24 de febrero de 1822 se instaló el primer Congreso Constituyente, que soportó la efímera monarquía de Agustín de Iturbide hasta marzo de 1823. Sin embargo, con el Plan de Casa Mata, el Congreso se desintegró para dar paso a otro constituyente en abril de 1823. En las juntas preparatorias para elaborar el reglamento del Soberano Congreso, el nuevo constituyente discutió el modelo de instrucción pública a seguir. De hecho, este asunto generó acalorados debates entre quienes querían un modelo conservador (centralistas) y quienes se definían a favor de una educación liberal (federalistas).
Posteriormente, el 31 de enero de 1824, el segundo Congreso Constituyente aprobó el Acta Constitutiva de la Federación; con este hecho, los legisladores sentaron las bases para la promulgación de la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos de 1824. Con el Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de diciembre de 1824, se reinstaló nuevamente la Comisión Permanente de Instrucción Pública. Esta comisión persistió sin cambios nominales incluso aún después de las modificaciones al Reglamento Interior de la Cámara de Diputados realizadas por el Congreso Constituyente de 1916.
Gracias a los trabajos de la Comisión de Instrucción Pública efectuados durante el Congreso Constituyente de 1916, se estableció en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917 que la educación impartida por el Estado tendería a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano y fomentaría el amor a la Patria, además de estipular que todo individuo tendría derecho a recibir educación básica gratuita y obligatoria.[3]
Para inicios de la década de 1930 se presentaron diversos cambios relacionados con la política educativa nacional. En primer lugar, en marzo de 1934 se expidió el Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos que creó la Comisión de Educación Pública en sustitución de la Comisión de Instrucción Pública. El 1o. de julio de 1934, el país celebró elecciones generales. El diputado Luis Enrique Erro, fue electo Presidente de la Comisión Permanente de Educación Pública y una de sus primeras labores fue proponer la reforma del artículo tercero constitucional, el cual fue uno de los asuntos más importantes que afrontó la XXXVI Legislatura.[4]
La reforma al artículo tercero constitucional, estableció que la educación impartida por el Estado sería socialista, entendida ésta  como la formación en los alumnos de un concepto racional de la vida social a semejanza del positivismo, excluyendo de ella toda doctrina religiosa. Este modelo de educación significó una amenaza para las iglesias, especialmente para la católica por su influencia en el ámbito educativo. Su lugar fue ocupado por la escuela laica.
La Comisión Permanente de Educación Pública se mantuvo sin cambios nominales y sustanciales durante varias décadas. Posteriormente, en julio de 1994, se reformó la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos y la Comisión Permanente de Educación Pública, con el fin de tratar con mayor profundidad los asuntos relacionados con la cultura, la ciencia y el deporte, dividió sus funciones en un conjunto particular de temas dando lugar a las siguientes cinco comisiones: Comisión Ordinaria de Ciencia y Tecnología, Comisión Ordinaria de Corrección de Estilo, Comisión Ordinaria de Cultura, Comisión Ordinaria de Deporte y Comisión Ordinaria de Educación.[5]
No obstante, en septiembre de 1999 se reformó nuevamente la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos con el objetivo de reducir sustancialmente el número de comisiones en la Cámara de Diputados. De esta forma las cinco comisiones ordinarias que venían tratando los temas culturales, científicos y educativos fueron fusionadas en la Comisión Ordinaria de Educación Pública, Cultura y Ciencia y Tecnología. Finalmente, en octubre del 2000, la LVIII Legislatura propuso nuevas reformas a la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos que permitieron que la Comisión Ordinaria de Educación Pública, Cultura y Ciencia y Tecnología se dividiera en tres comisiones: la Comisión de Ciencia y Tecnología, la Comisión de Cultura y la Comisión de Educación Pública y Servicios Educativos.[6]
Después de años de constante evolución, a partir del año 2000 el trabajo legislativo en materia educativa es responsabilidad de la Comisión de Educación Pública y Servicios Educativos. De acuerdo con su programa de trabajo, publicado en la Gaceta Parlamentaria del 8 noviembre de 2004, los integrantes de esta Comisión tienen como objetivos primordiales:
 Impulsar iniciativas para obtener un presupuesto en el año 2006 que alcance una inversión pública en el ámbito educativo del 8% del Producto Interno Bruto.
 Simplificar la administración de los recursos destinados a la educación y transparentar los criterios de distribución del gasto educativo.
 Incorporar a los criterios de distribución de los recursos, así como a las reformas educativas en curso, los criterios y opiniones de todos los actores sociales involucrados en el ámbito de la educación nacional.

Anexos de las actividades realizadas por la Comisión de Educación Pública y Servicios Educativos en las tres últimas legislaturas

•        Acuerdos
a.                 Pronunciamiento en torno a los proyectos de Ley de Ingresos y de Presupuesto de Egresos de la Federación para el año 2002, presentado por el Ejecutivo Federal. Gaceta Parlamentaria, número 911-II, domingo 30 de diciembre de 2001.
b.                Comunicación para solicitar ampliar el plazo para dictaminar la iniciativa que reforma el artículo 25 de la Ley General de Educación, presentada el 14 de septiembre de año 2000 por la Dip. Hortensia Aragón Castillo. Gaceta Parlamentarianúmero 851, jueves 4 de octubre de 2001.
c.                 Comunicación solicitando se amplíe el plazo para dictaminar la iniciativa de decreto para reformar el artículo 25 de la Ley General de Educación. Gaceta Parlamentarianúmero 992, viernes 3 de mayo de 2002.
d.                 Comunicación sobre los motivos de la cancelación del Foro de Consulta sobre la Ley Federal de la Cultura del Sordo, que se realizaría el martes 20 y miércoles 21 de agosto de 2002. Gaceta Parlamentarianúmero 1068, martes 20 de agosto de 2002.
e.                 Conclusiones de los Foros de Consulta Sobre Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas, realizados por las Comisiones Unidas de Asuntos Indígenas y de Educación Pública y Servicios Educativos. Gaceta Parlamentarianúmero 1108, lunes 14 de octubre de 2002.
f.                  En el que se consideran insuficientes los recursos asignados al sector educativo para el ejercicio fiscal de 1998 y se pide a la Comisión de Programación, Presupuesto y Cuenta Pública analizar opciones para incrementar el presupuesto a la educación. Gaceta Parlamentaria, miércoles 21 de enero de 1998.
g.                Con pronunciamiento sobre el anuncio gubernamental de recorte al presupuesto a la Educación. Gaceta Parlamentarialunes 16 de febrero de 1998.
h.                Que hace una respetuosa llamada a las autoridades, maestros y estudiantes de la UNAM, para que inicien el diálogo que haga posible la superación de las diferencias que sostienen respecto a la aplicación del Reglamento General de Pagos, y para que con respecto a la legalidad interna de la propia universidad se logre una solución al conflicto que ha originado la suspensión de las actividades universitarias. Gaceta Parlamentaria, número 254 bis IV, jueves 29 de abril de 1999
•        Actas
a.                 De su primera reunión plenaria para efectos de instalación formal, realizada el jueves 9 de octubre de 2003.
Gaceta Parlamentarianúmero 1620-I, lunes 8 de noviembre de 2004.
•        Informes
a.                 Primero de trabajo, del periodo octubre de 2003-abril de 2004. Gaceta Parlamentaria, número 1509, martes 1 de junio de 2004.
b.                Anual de actividades, correspondiente al lapso octubre de 2003-octubre de 2004. Gaceta Parlamentaria, número 1620-I, lunes 8 de noviembre de 2004.
c.                 Semestral de actividades, de septiembre de 2000 a febrero de 2001. Gaceta Parlamentarianúmero 748, miércoles 16 de mayo de 2001.



hombre del personaje: Valentín Gómez Farías
Fecha de nacimiento: 14 de febrero de 1781 
Fecha de fallecimiento:
 5 de 
julio de 1858
Origen: 
Guadalajara
Actividad: 
Médico y político
Época: 
Independencia
http://redescolar.ilce.edu.mx/redescolar/publicaciones/publi_quepaso/imagenes/v-gomezfarias.jpg

Nació en Guadalajara; estudió la carrera de medicina la cual desarrolló más tarde en la ciudad de Aguascalientes. Después se inclinó por la política, carrera muy difícil en esa época. Logró ser regidor del ayuntamiento y diputado en las cortes españolas.

Gómez Farías tenía cierto fervor por su patria, tan evidente que a través de todos los actos que realizó, pudo implantar una república federal, libre, y democrática en el país como lo deseaba.
Nosotros creemos que luchar por una república federal y democrática fue su gran obra; además que como vicepresidente durante el gobierno de Santa Anna, provechó las retiradas estratégicas del presidente, en las que asumiendo la presidencia, intentó cambios radicales en la estructura político-social de la nación.

Por mala suerte estos cambios daban marcha atrás, cada vez que Santa Anna regresaba; a pesar de la inestabilidad política de la época, Gómez Farías sentó las bases de la reforma con principios liberales, que actualmente forman parte de nuestra constitución política.
Entre otros logros de Gómez Farías están:
*La libertad de opinión, supresión de las leyes de represión a la prensa, la abolición de los privilegios de la iglesia y el ejército, la supresión de las ordenes monásticas; así como establecer los medios que procuraran el mejoramiento de los grupos indígenas y la educación de las clases populares, todos ellos, principios liberales.
Valentín fue constituyente en los años de 1824-1857. Otras de sus hazañas fueron la de suprimir la Universidad Pontifica de México, sustituyéndola por la Dirección General de Instrucción Pública para el Distrito y territorios de la federación. Llevó a cabo la instauración del Instituto de Ciencias Médicas, que más tarde se convirtió en la Facultad de Medicina. También dictó una ley permitiendo la organización de la Biblioteca Nacional.
El doctor José María Luis Mora fue uno de sus colaboradores más cercanos.
El documento que contiene plasmados los ideales de Valentín Gómez Farías se conoce con el nombre de "Leyes de Reforma", la expedición de estas leyes, cubrió casi un año, de abril de 1833 al mes de abril de 1834, en este lapso se dieron nuevos levantamientos en contra de la obra reformista, pero que fracasaron en su intento por impedir la tarea de Gómez Farías.
En el orden económico se dispuso que el gobierno se hiciera cargo de los bienes del duque Monteleone, destinando sus rentas para el sostenimiento de la educación pública (27 de mayo de 1833); se ordenaba la secularización de las misiones de California, desde entonces sus productos pasaban a la renta nacional (17 de agosto de 1833), y los bienes y capitales de las misiones de Filipinas pasaran a la Federación (31 de agosto de 1833).
Las reformas a la iglesia prohibían al clero regular y secular, tratar asuntos políticos (6 y 8 de junio de 1833); se suprimió la coacción civil para el pago del diezmo y para el cumplimiento del voto monástico (27 de octubre y 6 de noviembre respectivamente); supresión de sacristías mayores (17 de diciembre de 1833); los edificios jesuitas fueron cedidos a los estados de la Federación (31 de enero de 1834), y se ordenaba la secularización de todas las misiones de la República (16 de abril de 1834).
En cuestiones del ejército se ordenaba la destitución de los jefes militares que se pronunciaran en contra de las instituciones federales (5 de agosto de 1833); se ordena la reducción del ejército, con el fin de mantener sólo a las tropas indispensables para proteger el orden interno (11 de noviembre de 1833), se ordena la disolución de los sublevados del ejército (15 de noviembre de 1833); se ordena la formación de la milicia cívica en el D.F. y territorios (21 de marzo de 1834)
Gómez Farías trató de operar una profunda transformación en el campo de la educación, por considerar que era al Estado a quien correspondía atender este importante servicio social. Sus disposiciones en materia educativa, fueron de tal importancia que se las considera inspiratorias de la organización nacional.
Establece la libertad de imprenta el 2 de abril de 1833; suprime colegios religiosos y los destina a la educación pública (12 de octubre de 1833), suprime la Universidad Pontificia y ordena la creación de la Instrucción Pública (23 de octubre de 1833), se establece la creación de seis instituciones de estudios superiores, se declara la libertad de enseñanza y se crea la Escuela Normal de Profesores.
Al morir Gómez Farías, y por decisión de algunos clérigos, se le niega el derecho a ser sepultado en el camposanto, debido a su ferviente liberalismo, quedando sepultado en la huerta de su propiedad.
En el Centenario de la Escuela de Medicina en 1933, los restos del prócer de la reforma fueron trasladados a la Rotonda de los Hombres Ilustres. Así, por la labor desarrollada en la estructuración de la Constitución, donde quedaron plasmados sus ideales, el pueblo de México rinde homenaje a este ilustre mexicano denominándole: "EL PADRE DE LA REFORMA"
LA EDUCACIÓN EN MÉXICO COMO PROCESO SOCIAL

 INTRODUCCIÓN

Este ensayo presenta un recuento del problema social que aún es candente en nuestra vida política del país: la educación. Hoy que nos encontramos a cerca de ciento ochenta años de vida independiente, y aún cuando los propósitos no son los mismos, la educación en nuestro país continúa siendo tema de interés por sus implicaciones económicas, sociales, filosóficas, morales, pedagógicas y sobre todo políticas. De ahí, que en cada sexenio el presidente en turno, con su equipo, le impriman los cambios que consideran pertinentes.
Así, en el pasado, desde los orígenes de nuestra nación, asistimos a innumerables cambios ajustándolos a los vaivenes políticos e ideológicos en boga o a los intereses de partidos políticos que pretendían imponer su proyecto de nación.
En el trabajo, se trata de resaltar cómo el desarrollo educativo de México está determinado por amplios sectores sociales, que al acceder al control político de la nación imponen su proyecto de nación, en la creencia de que se está respondiendo a los intereses de la mayoría del pueblo mexicano.

INICIO DEL MÉXICO INDEPENDIENTE

En los primeros años del México Independiente nuestro país intenta romper con un sistema de gobierno impuesto por el dominio español. Las primeras décadas se distinguen por el enfrentamiento entre dos grupos políticos que tratan de imponer la forma de gobierno que ellos creen que es la adecuada para el país. Este no encuentra la forma apropiada de gobernar, se observa al ensayar distintos tipos de gobierno (monarquía, república federal, república central y nuevamente federal) mientras el país es presa del imperialismo agresivo del siglo pasado costándole tres invasiones, la perdida de más de dos millones de kilómetros cuadrados y varios levantamientos armados.
Las invasiones de Francia, las pérdidas territoriales con Estados Unidos y los constantes enfrentamientos entre liberales y conservadores permitieron que una generación de mexicanos, que ubicamos en las dos primeras décadas del siglo XIX, tomara conciencia de lo mexicano, se sintiera orgullosamente nacionalista y se preparara intelectualmente para enfrentar a las instituciones retrógradas del país con el fin de destruirlas en forma definitiva: el clero y el ejército.

LA JOVEN REPÚBLICA Y LAS PRIMERAS INQUIETUDES EDUCATIVAS

En los primeros años de vida independiente se distinguen por sus inquietudes educativas Lorenzo de Zavala, José María Luis Mora, Valentín Gómez Farías y el conservador Lucas Alamán. Estos pensadores a pesar de sus divergencias ideológicas y concepción de la forma de gobierno que debería adoptar nuestro país, coincidían en que la instrucción “era uno de los más poderosos medios de prosperidad” por tanto, la educación no debería concretarse a enseñar a leer y escribir, sino que se hacía necesario dotar a las ciudadanos de una formación moral y política acorde al sistema de gobierno que adoptara nuestra nación. “Así pues, es inconcluso que el sistema de gobierno debe estar en absoluta conformidad con los principios de la educación”. (Vázquez 1979: 30)
Es a partir de 1833, que Valentín Gómez Farías llega interinamente a la presidencia de la república, cuando el grupo liberal va a imponer su proyecto educativo concentrado en resolver tres graves problemas para la época: primero someter al clero y evitar su injerencia en los asuntos de gobierno; segundo, disolver el ejército conservador y sustituirlo por una Guardia Nacional, y tercero, implantar una reforma educativa.
Podemos considerar que este intento de reforma, aún con sus limitaciones en cuanto a sus alcances, significó el primer intento serio, de darle a la educación la responsabilidad de formar ciudadanos con una ideología que respondiera al sistema político nacional.
La Educación, para su mejor administración, sería dirigida por una Dirección General de Instrucción Pública para el Distrito y Territorios Federales y los estados se encargarían de controlar la educación en sus jurisdicciones respectivas quienes delegarían su responsabilidad a los municipios.
Este periodo inmediato a la Independencia, pretende que la educación forme ciudadanos aptos para el ejercicio de la democracia, la defensa del territorio nacional y se fortalezcan los sentimientos nacionalista. Se descubre que se hace necesario que las escuelas incluyan el llamado Catecismo Político y nociones de historia patria; así mismo, encontramos que en este periodo le dan al país un símbolo: la Bandera, que nos identifique y en consecuencia nos distinga de las demás naciones y al final se agrega el Himno Nacional como fortalecimiento del sentimiento patrio. La nación buscaba una identidad, la educación sería la encargada de acentuarla, transmitirla y perpetuarla.

LA ETAPA LIBERAL

Al triunfo de la Revolución de Ayutla, la nueva generación de dirigentes llevaría al país por una radical reforma para salir del caos en que se encontraba. Parte de esta Reforma comprendía a la escuela, que según Juárez ejercía una importante influencia en la moral y los ideales sociales.
El Art. Tercero de la Constitución de 1857 es bastante escueto pues solo se concreta a afirmar que “la enseñanza es libre, la ley determinará que profesiones necesitan título para su ejercicio y con qué requisitos se deben expedir”. Para 1867, después del triunfo de las fuerzas liberales contra el ejército expedicionario de Napoleón III y el frustrado Imperio de Maximiliano, Juárez encarga al Dr. Gabino Barreda redactar la Ley de Instrucción Pública en la que se contempla la instrucción primaria “gratuita para los pobres y obligatoria en los términos que expondrá el reglamento”. (Vázquez, 1979:56), además Barreda se encarga de organizar la escuela preparatoria de acuerdo a principios positivistas.
La obra de Barreda es importante en varios sentidos: primeramente interpreta la historia de México desde el punto de vista positivista, para después reconocer en los liberales los salvadores de la nación y por lo tanto las fuerzas positivas que harían posible el triunfo de su filosofía. La escuela según el positivismo permitiría alcanzar “libertad, orden y progreso”, y de la preparatoria saldría el grupo selecto que llevaría los destinos de la nación. (Barreda, 1978:15)
El crecimiento educativo del México independiente hasta 1874 se vio interrumpido por las guerras constantes del país. De los pocos datos estadísticos que se tienen, revelan que al triunfo de los liberales sobre los conservadores y el imperio de Maximiliano, los esfuerzos educativos se incrementaron.

AÑO N° DE ESCUELAS
1843 1,310
1857 1,424
1870 4,570
·         1874                                                         8,103

En estos cuatro años se duplicó el número de escuelas, aún cuando el incremento era mínimo ante lo ingente del problema educativo. Según datos proporcionados por Barreda solo asistían a la escuela 349,000 niños de un total de 1, 800,000.
En el gobierno Porfirista vendrían los adelantos educativos mediante los congresos nacionales de educación y la presencia de importantes pedagogos que sentaron las bases de la educación moderna de México: Enrique Laubscher, Carlos A. Carrillo, Enrique C. Rebsamen, Don Justo Sierra y otros. Estos educadores determinarían el rumbo de la educación nacional de fines del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. Se introducen las nuevas corrientes pedagógicas europeas con la llegada de Rébsamen y la influencia de Pestalozzi y Froebel. (Meneses, 1988:566)
Durante el Porfiriato asistimos a una educación elitista y de alta calidad y en donde la educación superior generalmente se realizaba en el extranjero, pues sería hasta 1910 cuando Porfirio Díaz, para conmemorar el Centenario de la Independencia, y por iniciativa de Don Justo Sierra, se reabre la Universidad Nacional.

LA EDUCACIÓN POSREVOLUCIONARIA

En cumplimiento de las exigencias sociales emanadas del movimiento revolucionario de 1910, los constituyentes de 1917 redactaron el artículo 3° inspirado en los principios de justicia social al consagrar la educación gratuita, obligatoria y laica, para que todo niño mexicano tuviera acceso a ella. Estos principios establecidos en la nueva Constitución era necesario que los pusieran en práctica y va a ser el gobierno del Gral. Álvaro Obregón cuando el país entra en la etapa constructiva y la educación recibe el impulso vital del intelectual revolucionario Don José Vasconcelos, que desde la Rectoría de la Universidad impulsa y fundamenta la idea de la necesidad de establecer una Secretaria de Estado que se encargue de la educación a fin de diseñar y administrar todo lo referente a la cultura que la sociedad del México posrevolucionario exigía.
La formación filosófica, religiosa, humanística y nacionalista de Vasconcelos se va a reflejar durante su gestión al frente de la recién fundada Secretaria de Educación Pública. Concibe su obra como una cruzada nacional que llevará al campo el evangelio de la educación. Inspirado en los religiosos del siglo XVI que realizan la conquista espiritual simultáneamente a la conquista militar, el campesino podría recibir la educación que la época exigía mediante el novedoso sistema de maestros misioneros itinerantes que se dispersaron y recorrieron miles de comunidades en donde era difícil recibir el influjo de la educación formal y de conocimientos prácticos para el pueblo campesino. Las Misiones Culturales fueron elemento fundamental en la obra educativa vasconcelista. Una vez comprobado el éxito de ellas, se fundaron las Escuelas Normales Regionales y la Casa del Pueblo. Realiza También una importante labor editorial para después de editar las obras clásicas, fundar bibliotecas para el pueblo.
Durante la estancia de Vasconcelos en la secretaría, llega a México la influencia de las ideas pedagógicas de John Dewey y su escuela de la acción que se encargó de difundir el Prof. Moisés Sáez, esto hace que a partir de esa época la enseñanza tradicional verbalista reciba la influencia de esta nueva escuela que proponía enseñar al alumno mediante la acción. La escuela del campo va a estar asociada a las actividades productivas.
Por lo anterior podemos decir, que la labor de Vasconcelos está aún presente y los gobiernos posteriores van a acentuar su radicalismo revolucionario, entendiendo muchas veces por revolucionario ser antirreligioso, lo que al final hizo estallar la Revolución Cristera.
El Callismo va a dejar como herencia un profundo sentimiento antirreligioso y las condiciones apropiadas para la modificación del artículo 3° con el fin de arrancarle al clero su influencia en la educación y así “apoderarse de las conciencias de la niñez, de las conciencias de la juventud, porque son y deben pertenecer a la Revolución”. (Vázquez, 1979:173) esta postura va a llevarnos a la etapa del cardenismo con su educación socialista.

LA EDUCACION SOCIALISTA

El cardenismo recibe como herencia del “callismo” no nada más el artículo tercero que contempla la educación socialista, sino también, el sentimiento antirreligioso. Así mismo, el cardenismo hace suyo el problema agrario que los anteriores gobiernos habían soslayado: la entrega de tierras a los campesinos. Junto a este impulso que le da al campesino, también se preocupa por sentar las bases de la industrialización del país.
Estas dos posturas del cardenismo: reparto de tierras e industrialización, serán los dos grandes rubros que van a determinar el tipo de educación de esta etapa. Una educación para el campo a través de la escuela rural en donde está presente la educación vasconcelista y una educación técnica que culminará con la fundación del Instituto Politécnico Nacional de donde saldrían los técnicos para promover la industrialización del país.
Entre los pedagogos que influyeron en este periodo, tenemos al mexicano Rafael Ramírez y los extranjeros “Makarenko, Blonski, Pinkevich y Pistrak”. (Meneses,1988: 568) Continúan las ideas pedagógicas de Dewey en donde la propuesta de la Escuela Activa se ajusta a las condiciones del campesino mexicano como escuela de la acción donde se aprendería a explotar la tierra y sentaría las bases para la industrialización.
El profesor Cupertino de la Cruz López, originario de Mazapa de Madero, Chiapas, nos describe que por educación socialista se entendía ayudar a los campesinos a gestionar obras de carácter social para la comunidad, el luchar por la formación de cooperativas de consumo, el tramitar ante las autoridades correspondientes el establecimiento de ejidos, la enseñanza de varios tipos de actividades pues la educación normal que se recibía comprendía la enseñanza de carpintería, ebanistería, sastrería, panadería, primeros auxilios, conservación de alimentos, apicultura, porcicultura, horticultura y otras más.
También por educación socialista muchos maestros entendieron la lucha que habrían de dirigir contra los terratenientes y la fundación de ejidos, este es el caso del profesor Noel López Rico y que en la región cafetalera del Soconusco organizó y participó en la fundación de siete ejidos con tierras pertenecientes a cafeticultores alemanes.
Entre otros objetivos esta educación socialista pretendía:
  Integrar a la mujer a la vida nacional dándole derechos políticos y económicos. La escuela empezó por lograr la igualdad entre hombres y mujeres, implantando la coeducación, que asustó a muchos padres.
  Extirpar enfermedades y vicios de la sociedad mexicana. Campaña contra la tuberculosis, parásitos, alcoholismo, juegos de azar y fanatismos.
  Alfabetizar al pueblo.
  La lucha anticlerical pasó a segundo plano y se combate de manera indirecta a través de las orientaciones sociales y los fundamentos de la ciencia.
En el terreno propiamente pedagógico el trabajo dentro del aula se organizaba en torno a tres complejos: la naturaleza, el trabajo y la sociedad. (Lerner, 1989: 89)
Las condiciones internacionales de la Segunda Guerra Mundial hicieron que la política cambiara de rumbo y a esta etapa “socialista” le seguirá otra que buscará la confraternidad internacional y la unidad nacional a través del gobierno de Ávila Camacho.

EL NACIONALISMO
Durante el gobierno de Ávila Camacho (1940-1946) está presente la Segunda Guerra Mundial que le imprimirá ciertas características al sexenio y a la educación. El mismo carácter conciliador del “presidente caballero” hizo que la SEP iniciara un giro que culminaría con la reestructuración del artículo 3° en donde se suprime el apartado que decía que “La educación será socialista” y contribuirá a formar en la conciencia “un concepto exacto y racional del universo y de la vida social”. Estas supresiones no alteraron el espíritu del artículo 3° que en su versión actual se origina en el periodo callista-cardenista.
Se consideró que durante la Segunda Guerra Mundial se hacía necesaria la unidad del mexicano, y el artículo 3° provocaba la división, por lo que sin suprimirlo de momento se irían introduciendo reformas que prepararían el terreno para su modificación.
Así tenemos que en 1942 la Ley Orgánica de Educación Pública contempla en alguna de sus partes que la educación: Fomentará el íntegro desarrollo cultural de los educandos dentro de la convivencia social, preferentemente en los aspectos físico, intelectual, moral, estético, cívico, militar, económico, social y de capacitación para el trabajo útil en beneficio colectivo... excluirá toda enseñanza o propagación de cualquier credo o doctrina religiosa... contribuirá a desarrollar y consolidar la unidad nacional excluyendo toda influencia sectaria, política y social, contraria o extraña al país y afirmando en los educandos el amor patrio y a las tradiciones nacionales, la convicción democrática y la confraternidad humana”. (Vázquez, 1979: 227)
Agrega que también tendría como finalidad contribuir al mantenimiento de la paz, la solidaridad y la amistad con los países de América. El programa de primaria insistía en borrar las desigualdades, y formar una nación fuerte.
Durante este gobierno se funda el Consejo Nacional Técnico de la Educación, la Escuela Normal Superior, La Escuela Nacional de Especialista, La Escuela Nacional de Bibliotecarios, El Colegio Nacional, El Instituto Tecnológico de México, el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, se restablecen la Misiones Culturales y se reestructura el Instituto Politécnico Nacional.
Cuando se consideró que las condiciones estaban dadas (1945) fue que se reinició la propaganda con el fin de preparar psicológicamente a la población para la modificación del artículo 3°. El mismo dirigente socialista manifestó que “se impone con urgencia modificar aquéllos aspectos equívocos de la redacción del artículo tercero, que por confusionistas, dan pretexto al ataque reaccionario y a una perpetua agitación contraria a la unidad nacional”. (Vázquez, 1979:231)
Si bien se le suprimió la parte que preocupaba a los conservadores, hay que reconocer que el artículo tercero en su versión actual se origina en 1934.
Los gobiernos que continúan, sin excepción han contribuido a incrementar la educación. Los sexenios de Miguel Alemán, Adolfo Ruiz Cortines y Adolfo López Mateos se ubican dentro del “desarrollo estabilizador” en el que el país dio muestras de progreso económico y social. La sociedad mexicana se va haciendo urbana, el desarrollo industrial se incrementa con la llegada de capitales extranjeros, se mantiene la estabilidad social y el peso sostiene su paridad frente al dólar. El país había logrado el llamado “Milagro Mexicano”.
El Dr. Jaime Torres Bodet, secretario de educación por segunda ocasión va a realizar una labor trascendental que hasta el momento hace sentir su influencia.
Con el apoyo del presidente López Mateos se abocó al problema de dar educación a la niñez mexicana, para lo cual era necesario construir aulas y preparar maestros. El presidente anunció que su gobierno afrontaría el problema educativo a través del Plan de Once Años mediante el cual se comprometía a construir 23,284 nuevas aulas y 51,090 plazas de profesor. Para lo primero se creó el Comité Administrativo del Programa Federal de Construcción de Escuelas (CAPFCE) y para lo segundo habilitaría el Instituto Federal de Capacitación del Magisterio y se habrían los Centros Regionales de Enseñanza Normal (CREN) (Vázquez, 1979: 236. Meneses, 1988: 465). El otro acto trascendental, en plena vigencia actualmente, fue el decreto por el que se creaba la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos declarándose como obligatorios para la enseñanza primaria.
Esta Comisión la encabezaba el prestigiado escritor Martín Luis Guzmán, quien desde un principio recibió el rechazo de los grupos conservadores representados por la Unión Nacional de Padres de Familia quienes iniciaron una campaña periodística acusando a los libros de ideologizantes, contrarios a la moral cristiana y hasta de comunistas. Tiempo después se descubre que en el fondo de todo este rechazo estaban las compañías editoras que veían el fin de un importante negocio.

COMENTARIO FINAL

Dicho lo anterior, se formula el siguiente cuestionamiento: ¿Qué encontramos en esta breve revisión histórica de la educación en México?
En las primeras tres décadas de vida independiente la educación sirvió de instrumento al grupo en el poder para formar al futuro ciudadano de acuerdo a los ideales de los gobernantes en turno. Cada dirigente le imprimió las características que a su juicio creyeron que era lo mejor y como el país se debatía entre liberales y conservadores la educación se sometió a estos ires y venires. A pesar de esta inestabilidad hay algo importante que es necesario resaltar: ambos grupos políticos daban a la educación la responsabilidad de “sacar” al país del atraso y estado de ignorancia en que se encontraba.
Ser estudiante en el siglo pasado era en nuestro país un verdadero privilegio y se pensaba que era suficiente saber leer y escribir, realizar las operaciones fundamentales, agregándose conocimientos sobre Catecismo cívico y religioso y una introducción a la historia patria.
Dichos estudios fueron una mezcla de ciencia, religión y moral a través de un riguroso método memorístico pretendiendo siempre el enciclopedismo.
La educación buscó fomentar el amor a la patria y una conciencia de nacionalidad para contribuir a la defensa del territorio, como consecuencia de la realidad del momento. Se pretendió formar un hombre para la vida en libertad.
La educación recibió el impacto del liberalismo y a partir de Juárez el positivismo, el cual vino a ser la filosofía de Estado en el Porfiriato. Resulta curioso como Juárez liberal, adopta para organizar la educación nacional la filosofía positivista bajo la dirección de Gabino Barreda.
Podemos afirmar que en la época porfirista la educación superior se distingue por ser elitista y enciclopédica con tendencia a la perfección en cuanto a la práctica de la profesión.
Es a consecuencia de la Revolución Mexicana que la educación va a recibir un cambio que se venía sintiendo en la última década del porfiriato. Ya a principios del presente siglo jóvenes intelectuales habían fundado el Ateneo como búsqueda de un nuevo cauce por donde encaminar el pensamiento y romper con el estatismo y frialdad del positivismo decimonónico.
Es precisamente uno de los fundadores del Ateneo, José Vasconcelos, quien va a darle vida al nuevo estilo educativo. Le inyecta un sentido nacionalista, panamericano, humanista inspirado en el pensamiento grecolatino, cristiano junto con el pasado español e indígena. Ve en la fusión de estos dos grupos la base para la creación de lo que según él formaría parte de la Raza Cósmica. Encuentra en el mestizaje nuestra realidad por la que había que ir al rescate de lo rescatable de nuestro pasado y, actualizado, aplicarlo a la realidad de ese nuevo México. En este marco de ideas es que aparece el lema “Por mi raza hablará el espíritu”. No era necesario buscar en otros países las soluciones a nuestros problemas, había que recurrir a nuestro pasado en forma inteligente.
El vasconcelismo logró adoptar una escuela en concordancia con la Revolución Mexicana. Se iniciaba la reconstrucción de México con una educación revolucionaria que unía el pensar con el hacer.
Aspecto por demás interesante es el sexenio cardenista y la educación socialista. Proyecto educativo implementado por Plutarco Elías Calles, “Jefe Máximo de la Revolución”, quien organiza una plataforma política con el fin de trazar un Plan Sexenal, el cual contempla el nuevo giro que se le dará a la educación.
Cárdenas hace suya la problemática educativa, acepta la versión socialista del artículo 3°, le imprime su estilo populista y la utiliza como control político de las masas campesinas.
Según el prestigiado maestro de aquélla época Don Rafael Ramírez las finalidades de la escuela socialista era política, económica, social, racionalista y cultural. Afirmaba que la escuela debería imprimírsele cierta orientación o tendencia para alcanzar los fines señalados por lo que proponía que fuera tendenciosamente racionalista, igualitaria, desfanatizante, proletaria progresiva, funcional y activa “queriendo indicar con esto último que la enseñanza debe arrancar de las necesidades y conducir a la satisfacción de las mismas y en donde se aprendan las cosas haciéndolas, para que sean ellos mismos... los agentes de su propia educación”. (Guevara, 1985: 143)
Explica que la escuela socialista en Rusia se inspira en los “centros de interés” teniendo como modelo la siguiente trilogía: naturaleza, trabajo y sociedad. Cree que para las condiciones de México lo apropiado sería integrar el programa de educación primaria “por diferentes materias de enseñanza”, dándole un nuevo enfoque en especial a la historia, la cual deberá fundamentarse en un criterio materialista que permita al estudiante comprender que los “acontecimientos históricos obedecen fundamentalmente a causas de orden económico”. (Guevara, 1985: 146)
La Educación Socialista podemos considerarla como un “experimento” que se sintió especialmente en el campo, sacudió las conciencias, sirvió de enlace entre pueblo y gobierno facilitando la implantación de los proyectos oficiales, cometió errores o excesos que terminaron en enfrentamientos. Lo que más llama la atención es el pretender establecer una escuela socialista en una sociedad capitalista. Verdadera contradicción, sobre todo si se acepta que la sociedad hace a la escuela y no a la inversa.
La presencia del Dr. Jaime Torres Bodet en la SEP en los sexenios de Ávila Camacho y López Mateos va a imprimirle un nuevo sello a la educación. En la primera gestión promueve la modificación del artículo 3° y en términos generales a él se debe la actual redacción y en el gobierno de López Mateos su obra comprende múltiples aspectos.
En el terreno pedagógico, según Álvarez Barret, los fines de la escuela primaria en ese entonces eran 1.- educación del niño física, moral e intelectual; 2.- mejoramiento de la comunidad y 3.- transmisión de la herencia cultural. En cuanto a la metodología señala diferentes formas de enseñanza; a unos los llama métodos lógicos que propician la búsqueda del conocimiento mediante la investigación; otros, los didácticos, encargados de la transmisión de conocimientos: analítico, sintético, inductivo y deductivo. Afirma que la esencia y principal misión de cualquier método didáctico “es motivar al niño”. (Meneses, 1988: 477) Este didactismo propició la formación de un maestro de normal enmarcado en una tarea artesanal y mecanicista según el investigador Carlos Muñoz Izquierdo.
En este periodo se propone el “método de globalización de la enseñanza”, fundamentado en las peculiaridades del desarrollo infantil (sincretismo). “Este procedimiento o método de unidad de pensamiento y acción se llama: métodos de los centros de interés”, lo que hacía que los programas de 1961 se integrara “por una selección de centros de interés cuyas divisiones no son materias o asignaturas sino grupos de interés vitales ligados entre sí”. (Meneses, 1988: 478)
Por último este influyente pensador critica el “verbalismo” y el afán “libresco”, afirmando que el primero es problema de todas las épocas y el segundo es un valioso auxiliar que debe ser utilizado inteligentemente.
En esta breve revisión del desarrollo educativo del país se distinguen etapas con problemas propios que afectaron y determinaron los alcances de la educación. Encontramos figuras destacadas por sus propuestas revolucionarias en cuanto a la educación: José María Luis Mora, Gabino Barreda, Justo Sierra, José Vasconcelos y Jaime Torres Bodet, pensadores que no solo caracterizaron una época sino que imprimieron su sello en la vida de las instituciones y de los mexicanos.
El papel de la sociedad en la educación de un país es de vital importancia para una educación de excelencia. Es de primera necesidad que los padres de familia se interesen en la educación de sus hijos, pero de una forma coordinada con los encargados de impartir el conocimiento en los planteles públicos de educación.
Las relaciones entre los padres de familia y los maestros se han deteriorado de un tiempo a la fecha. Esto puede ser el efecto de muchas y variadas causas, entre las que podemos destacar la difícil situación económica en la que vive el país desde hace más de veinticinco años. En esta época pareciera que los maestros y lo padres de familia estuvieran enfrentados y que no tuvieran un fin en común. La educación de todo un país. Los padres han modificado la manera de preocuparse por la educación de sus hijos.
Anteriormente el padre de familia presionaba a su hijo a estudiar en la casa, se preocupaba por que cumpliera con sus compromisos escolares e inculcaba respeto por la figura del maestro. Ahora parece lo contrario. Se preocupan mas por la forma que el maestro cumple con su función que ver a sus hijos realizar la tarea, se molestan por las cuotas que solicitan los maestros sin darse cuenta que todo ese dinero se utiliza en beneficio de sus hijos; en esto claro hay sus excepciones muy lamentables, pero no se puede juzgar a todo el magisterio por unas cuantas manzanas podridas.
Es necesario que la sociedad retome su verdadero papel, preocuparse por sus propios hijos en su casa. Educarlos en la verdad y el respeto por sus maestros y no devaluar la imagen de los educadores frente a sus hijos. Es necesario que padres y maestros luchen unidos por el bien de los niños y, en consecuencia, del país. El mundo del futuro seria de los pueblos mejor educados y aun estamos a tiempo de ser parte de ese futuro con un papel estelar. No se llega a ningún lado jalando la cuerda hacia ambos lados, es necesario que jalemos todos con el mismo rumbo y de forma coordinada. Es necesario que se delimite la responsabilidad de la educación.
Los maestros son responsables en las aulas y los padres son responsables en la casa. En mi opinión, la responsabilidadmayor es la de los padres, pues son el contacto primario de sus hijos con la educación. Además, los niños pasan más tiempo en casa que en la escuela. Los padres deberían preocuparse mas de como gastan el tiempo sus hijos en casa viendo televisión o jugando videojuegos, que de como trata de educarlos el maestro. Y la responsabilidad del maestro es permanecer constantemente actualizado para brindar una educación de calidad como requiere el país. Una educación que fomente el libre pensamiento, el respeto por las personas y las instituciones, el gusto por la lectura y el amor por México y todo lo que representa el país. El maestro tiene la responsabilidad de ser congruente con lo que enseña y su forma de comportarse, a fin de dar un muy buen ejemplo. En fin, es necesario que nos pongamos la camiseta del país para poder salir adelante. Uniendo esfuerzos por el mejor futuro de nuestro futuro: Los niños de México.
Benito Juárez y la importancia de la educación
Mónica Arriola | Opinión
2008-03-18 | Hora de creación: 00:00:00 | Ultima modificación: 06:59:24
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Uno de los grandes hombres que trabajó para hacer de México una nación libre, prospera e independiente fue don Benito Juárez García, Benemérito de las Américas. Estimado lector, lectora, Juárez siempre defendió la igualdad, la libertad, la legalidad y la democracia, y por eso hoy debemos estar orgullosos y festejar el legado que nos dejó: la educación. Benito Juárez legisló para que la educación de las y los mexicanos fuera gratuita, obligatoria y laica, y posteriormente fundó la Escuela Nacional Preparatoria, con el objetivo de eliminar la educación religiosa, para basarla en la ciencia. El ingreso a dicha escuela era libre, es decir, para cualquier clase social. Juárez fue el primerpresidente indígena de nuestro país, ilustre estadista, innovador de los derechos de las mujeres y preocupado por la educación, al respecto aseguró: “La instrucción es la base de la prosperidad de un pueblo, a la vez que es el mediomás seguro de hacer imposibles los abusos del poder”. La importancia de la educación para una nación libre, democrática e independiente, consiste en que, a través de ella, todas y todos tenemos una mayor posibilidad de tomar una decisión acertada a la hora de elegir, ya que se pueden tomar en cuenta más elementos dentro del análisis, es decir con educación tendremos ciudadanos más libres. Así, para Juárez, su orfandad, los sufrimientos, las carencias, la diferencia del idioma y principalmente su origen, lo hicieron un hombre decidido a luchar por la igualdad de los derechos de todos los mexicanos, incluyendo el de las mujeres, de quienes afirmó: “Formar a la mujer con todas las recomendaciones que exige su elevada misión, es formar el germen de regeneración y mejoramiento social. Por eso deberemos tener especial cuidado en saber educar a la mujer. Jamás deberemos descuidar este principio, pues de él depende, en gran parte, con el mejoramiento de nuestro pueblo, su felicidad”. El programa liberal muestra su sagacidad, su valentía, su fuerza social, su determinación de avanzar con pasos concretos y seguros. En sólo un mes se promulgaron las Leyes de Reforma; se nacionalizaron los bienes del Clero; se consumó la separación de la Iglesia y del Estado, clave en la formación del Estado moderno y laico; se concedió el registro civil a las actas de nacimiento, matrimonio y defunción; se secularizan los cementerios y las fiestas públicas; y lo esencial, se promulgó la libertad de cultos, es decir, se eliminó el pensamiento feudal y se pusieron las bases del pensamiento crítico, sin el cual no hay ni puede haber avances en el conocimiento del mundo natural y social. Juárez no concebía la Reforma como un movimiento exclusivamente político, sino como el basamento de un sistema de democracia; para él, el poder tenía el límite de la justicia y no había justicia posible sin ética. Las leyes eran sagradas, porque expresaban la altura máxima de una aspiración moral y de paz colectiva. La base del pensamiento juarista es el concepto de lo ético en la conducta personal del gobernante y en los actos de los órganos gubernativos. Asimismo, el laicismo de Juárez fue decisivo para garantizar la posibilidad de la actualización permanente del conocimiento, la certidumbre de una enseñanza no sujeta a los perjuicios y a la exigencia del sometimiento a un sólo credo, el respeto del Estado a las formas distintas de procesar una fe u abstenerse de hacerlo, la discusión libre de científicos y las libertades artísticas. Hoy, dentro del contexto de una nueva y sana moral política, el reconocimiento al héroe, al ser humano, al Benemérito de las Américas, es compromiso imprescindible. Su valentía, su fuerza social y su determinación de avanzar con pasos concretos y seguros, son una enseñanza para seguir construyendo la tolerancia, proclamar los derechos del hombre, el derecho a la educación, las libertades de expresión y de reunión y el derecho al trabajo. Juárez nos dejó lecciones de honradez, de honorabilidad y de transparencia en el gobierno. Se empeñó en forjar la democracia representativa, el carácter laico de las instituciones públicas y la libertad de credos. Juárez y los liberales de la Reforma construyeron las bases de la República moderna, ya que cuando se es un hombre excepcional se es un hombre universal. Han transcurrido 202 años desde que nació don Benito Juárez García y al escuchar su nombre, los mexicanos y mexicanas lo interpretamos como honor, dignidad, igualdad, tenacidad, así como respeto y orgullo de ser sus compatriotas. Gracias, Padre arriolamonica@hotmail.com
Porfiriiio días
Con la muerte del Imperio de Maximiliano y con la retirada de los invasores franceses, se inició un nuevo período en la historia nacional: la restauración del régimen republicano, el grupo liberal triunfante tenía conciencia de que la plena realización de los ideales liberales sólo sería factible en un Estado laico; la educación pública recobraba, de esta manera, el carácter de una preocupación fundamental. Para cumplir esta meta, las ideas positivistas introducidas en México por Gabino Barreda adquirieron una gran importancia. En adelante la educación se basaría en los principios de la ciencia, inspiradas en la filosofía de Augusto Comte. El Presidente Juárez confirió a Barreda la responsabilidad de elaborar un programa educativo.
El positivismo se convirtió en el fundamento indispensable para orientar la educación hacia el progreso, sólo así, se pensaba, se cumpliría el ideal liberal de libertad científica. En diciembre de 1867 el gobierno de Juárez expidió la Ley de Instrucción Pública, en la que se reglamenta el carácter gratuito y obligatorio de la enseñanza elemental, con base en la cual se funda la Escuela Nacional Preparatoria como la institución más representativa de la nueva orientación de la educación.
No obstante que la ley que decretó la creación de la Escuela Nacional, sirvió de base para la creación de instituciones similares en las entidades federativas bajo el nombre de Colegios Civiles; estos Colegios siguieron la misma orientación positivista de la Escuela Nacional Preparatoria; por consiguiente, los principios rectores de la instrucción en México partirían en oposición al dogma, de la observación y la experiencia.
Gabino Barreda consideraba que la educación debía mostrar la verdad en todos los aspectos, para formar la conducta, logró preferentemente en la Escuela Nacional Preparatoria donde se enseñaba a los alumnos a observar, experimentar, razonar sin recurrir a la teología o a la metafísica, tenía el propósito fundamental de formar la burguesía mexicana (puntual del posterior Porfiriato) que se constituyó de individuos cuyos conocimientos e ideologías los hacía de hecho los más viables conductores de la economía del Estado. En las escuelas del Porfiriato, la variable fundamental para el cumplimiento de los programas constituía el Maestro.
De acuerdo a los propósitos de los políticos porfirianos, la inspección y la capacitación de los docentes constituía la garantía del programa.
En el período de referencia, la creación de escuelas normales fue producto de los Congresos de Instrucción de 1890, históricamente la Escuela Normal de Profesores resultó de la conversión de una preparatoria para mujeres que funcionaba en la capital; en esta misma ciudad en 1887 el Gobierno Federal inauguró la Escuela Nacional de Profesores. En la fundación de estas instituciones y de la mayoría del interior de la República, fue clara la influencia del modelo de escuela normalista norteamericana; tan fue así que los programas de las escuelas normales eran revisados frecuentemente para mantenerlos al día con la pedagogía del momento en Europa y Estados Unidos y para estudiar con mayor detalle los aspectos prácticos de la enseñanza en sí misma. durante el período de fundación de escuelas normales que abarcó las dos últimas décadas del siglo de referencia, varios gobiernos estatales enviarían a maestros mexicanos a perfeccionarse a escuelas normales norteamericanas. Hacia el final del Porfiriato, algunas escuelas normales contribuyeron en la tarea de crítica hacia la dictadura.
La Educación Preparatoria: la preparatoria constituyó la institución ejemplar del Porfiriato que procuró su establecimiento en todos los Estados, las preparatorias al igual que los liceos mejoraron sus contenidos y sus instrumentaciones didácticas fundadas en las ciencias físicas y naturales.
La Educación Normal: en el proceso de la fundación de las escuelas se observó la influencia de las instituciones normalistas norteamericanas, tanto en su curriculum como en su administración, todo ello en razón de que los pedagogos mexicanos recibieron importante formación en aquel país.
El programa del desarrollo de las facultades que se trató de implantar en México, tropezó además de la insuficiencia de los presupuestos educativos de algunos Estados, con una realidad de tres siglos de lastre colonial y con una lealtad de las masas hacia la Iglesia, que se trató de transformar en lealtad hacia el Estado.
La situación de los Maestros: durante el Porfiriato, los maestros ocupaban una posición muy contradictoria al interior de la estructura social; en tanto crecía la demanda de maestros, sus condiciones de trabajo, su prestigio social y sus salarios permanecían bajos, los maestros que trabajaban para el gobierno federal percibían mensualmente 50 pesos en tanto que los municipales ganaban la mitad. Los maestros que percibían los más altos salarios, residían por lo general en las ciudades más grandes, en contraste con los maestros rurales, cuyas bajas percepciones se justificaban por el bajo costo de la vida en las comunidades rurales. Por norma, podría aceptarse que los bajos salarios se debían a las dificultades de los presupuestos nacional y regional, además de que todavía la educación pública y la enseñanza no era aceptada como válida por la sociedad. Realmente en la práctica lo que se pretendió al final del Porfiriato, y por muy sobradas razones, muchos maestros eran agudos críticos del régimen y de sus ideólogos, empleando las mismas aulas para difundir los problemas de los opositores al Porfiriato.
La destitución y el exilio a París de Porfirio Díaz se logran en 1911. La nueva preocupación política era conformar un gobierno republicano y democrático capaz de satisfacer las demandas populares. La situación del sistema educativo nacional reflejaba el ambiente que reinaba en el país. El nivel superior era el más abandonado a pesar de las pequeñas decisiones que tomaban las autoridades docentes y gubernamentales para encauzar la enseñanza propuesta por Justo sierra a fines del Porfiriato, principalmente la fundación de la Universidad Nacional de México.
Con la llegada de Díaz al poder, se vislumbra un avance económico en el país, sin embargo ese avance económico solo se procuro a las minorías en el poder, nuevamente la educación giro en torno a la situación por la que el país atravesaba, dejando entrever que el grueso de la población eran gente humilde y de escasos recursos, que habían quedado en la miseria después de la lucha de independencia. Díaz se preocupo por incrementar los ingresos económicos y favoreció la educación, pero la educación de los jóvenes nobles, provenientes de familias con cierto poder económico, una vez más la educación entro a un estancamiento. Dentro de todo este caos la educación fue tomada nuevamente por los clérigos, que se convirtieron en cómplices silenciosos de la clase en el poder.

La educación impartida por el estado se vio minimizada por las raquíticas aportaciones que se recibían. La miseria en la que una vez más se sumió el país, hizo que los jóvenes que estudiaban en este tipo de escuelas las abandonaran para dedicarse a las actividades productivas a que eran sometidos para ayudar a su familia a sobrevivir, con esto el analfabetismo crecía constantemente hundiendo a los más necesitados y con más carencias: los campesinos e indígenas que servían a un terrateniente (recordemos que en Europa los terratenientes desaparecieron con el fin y caída del feudalismo). Por otra parte la Universidad Nacional de México trató de buscar estrategias para favorecer el acceso a la educación acción que no brindó frutos favorables.

Con la salida de Porfirio Díaz, del país, quedo un país débil, golpeado en muchos aspectos de su vida social, cultural y políticamente hablando. La educación carecía de una estructura firme, así es que debería de reiniciarse una búsqueda de estrategias que replantearan la enseñanza elemental, la educación artística o de artes se canalizó a través de los museos; mientras que la Universidad se dedicaba a los estudios profesionales. El país en ese momento tenía una preocupación más primordial que atender antes que el de la educación, la reorganización de un país que fue golpeado desde sus cimientos que es la estructura social y su organización económica[2].
[2] Robles Martha. EDUCACIÓN Y SOCIEDAD EN LA HISTORIA DE MÉXICO. En publimex 15ª edición
Educación en la época del Porfiriato


González Avelar, para 1988 aproximadamente 40% de las delegaciones se encontraban en manos del personal del sindicato.El carácter inconcluso se debió principalmente a que no fueron afectadosalgunos aspectos sustantivos de la relación entre la SEP, su personal y elsindicato. Sin embargo, la desconcentración afectó varios aspectos de larelación entre la SEP, el SNTE y el personal de la Secretaría. Federalización El proyecto de descentralización radical de la educación básica y normal de Miguel de la Madrid, fue retomado por el gobierno del presidente CarlosSalinas, en los primeros tres años del sexenio se dieron algunos de losprimeros pasos preparatorios y propiciatorios de la descentralización. Entre éstos sobresale la definición de los programas estatales de modernización educativa, redactados conjuntamente por las autoridades educativas federales y estatales en cada uno de los estados. En 1989 debido al conflicto magisterial que culminó con la caída de Vanguardia Revolucionaria y el arribo de un nuevo grupo a la dirección nacional del SNTE,el cual decía estar a favor del proyecto de modernización educativa delpresidente y al mismo tiempo impugnaba el Programa Nacional para laModernización Educativa.Finalmente la descentralización educativa se consumó el 18 de mayo de 1992.Ese día la SEP, el SNTE y los gobernadores de los estados firmaron el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica y Normal (ANMEBN).Una de las tres líneas estratégicas del ANMEBN fue “la reorganización del sistema educativo”, que comprendió la transferencia de la dirección de los establecimientos educativos del gobierno federal a los de los estados con los cuales la SEP había venido prestando los servicios de educación preescolar,primaria, secundaria y para la formación de maestros, en cada entidadfederativa.Para asumir sus responsabilidades, veintiséis estados crearon sus respectivos organismos estatales descentralizados, que se hicieron cargo del personal, los bienes inmuebles y las funciones transferidas por el gobierno federal. Los cinco estados restantes absorbieron directamente las oficinas que la SEP tenía encada uno de ellos para el control técnico y administrativo del personal de educación básica y normal. Con la promulgación de una nueva Ley General de Educación y la reforma del Art. 3° la federalización educativa se reforzó, a la vez que adquirió una base jurídica más sólida que la derivada de la firma del ANMEBN y de los conveniosde federalización con los gobiernos de los estados. De ese modo lafederalización educativa se afirmaba en sus dos principales frentes: en el de la descentralización, quedaba la prestación directa de los servicios de educación básica y normal como una facultad exclusiva de los estados y los municipios; y

En el de la integración, el gobierno federal consolidaba sus facultadesesclusivas en los aspectos normativos del sistema educativo nacional. Agenda Ya se sentaron las bases constitucionales y legislativas para alcanzar un mejor equilibrio en la distribución de la responsabilidad educativa. Esta redistribución de responsabilidades traerá consigo una serie de transformaciones benéficas para el sistema educativo nacional. Las tareas pendientes implican problemas técnicos, administrativos y jurídicos; además, la negociación habrá de realizarse en territorio minado: la nueva relación del SNTE con la SEP y los gobiernos de los estados. Descentralización centralizadora Cuando se abordan las resistencias políticas a la descentralización se detacan las que provienen de los actores centralizados, como la burocracia central de laSEP y el Comité Nacional y comités de las secciones federales y únicas delSNTE.Entre los actores que ya estaban descentralizados sobresalen los maestros y directivos de educación básica y normal dependientes de los gobiernos de losestados, así como las secciones estatales del SNTE y los sindicatos demaestros estatales que nada tenían que ver con el primero.Algunas de las razones por las cuales los maestros, los representantessindicales y las autoridades educativas de los estados, podrían oponerse al proceso de federalización son:• Temor a la contaminación ideológica.• Temor a la unificación de dos mercados de trabajo y de dos pirámides profesionales.• Rechazo a la centralización de los servicios estatales. Integración de un sistema heterogéneo El sistema de formación de maestros, desde su origen ha seguido un desarrollo distinto al de educación primaria, así que cuando se pretende reorganizar elsistema, nos encontramos con un sistema de educación primaria muycentralizado y homogéneo, en cambio el de educación normal descentralizado heterogéneo. Con la firma del ANMEBN en mayo de 1992, se consumó la transferencia detodos los programas federales de formación de maestros a la jurisdicciónestatal, con excepción de los establecidos en el Distrito Federal, bajo ladependencia de la Secretaría de Educación; por su parte, los gobiernos de losestados se comprometieron a integrar, en sus respectivas jurisdicciones,subsistemas de formación de maestros integrados con las instituciones yprogramas que se dedican a la formación inicial, actualización, capacitación ysuperación del magisterio.

La tarea de integración de un sistema nacional de los sistemas estatales deformación y actualización de maestros se puede vislumbrar más compleja quela integración del sistema nacional de educación básica, por la nueva realidadplanteada por la transferencia de los servicios federales a los gobiernos de losestados.El Proyecto de Modernización Educativa planteaba que los planes de estudioserían revisados y adecuados a las necesidades actuales para lograr un mejorequilibrio entre el medio rural y el urbano. Y anunciaba que los cursos deactualización serían descentralizados y se integrarían a los de educaciónnormal, llevándolos también a los grupos de maestros que hasta ahora sehabían quedado al margen de los mismos, sobre todo en las zonas rurales.Consideraciones finalesLa federalización descentralizadora deberá afrontar: el aislamiento, lamarginalidad, la miseria y la escasez de recursos financieros; además dealgunos retos políticos como los intereses políticos, sindicales y burocráticoscreados en torno de un sistema centralizado.La nueva organización federalizada al igual que la centralización de ayer,ratificó los compromisos del gobierno federal con las regiones y grupos menosatendidos por el sistema educativo nacional. Otro argumento de lafederalización centralizadora fue liberar la educación y al magisterio de lavariante política municipal. En términos generales, los servicios educativos y elmagisterio se han liberado de las contingencias políticas externas al se

La Educación en el Porfiriato

Educación

Las influencias educativas del momento fueron Pestalozzi, Fröebel y Herbart, entre otros pedagogos, quienes fueron conocidos por Carrillo. Pestalozzi conceptualizó a la educación con un enfoque netamente social: El objeto de la educación es preparar a los hombres para lo que deben ser en sociedad (Cit. por Larroyo, 1977, p. 495). La educación es el desarrollo y la formación de las fuerzas y aptitudes humanas, a la que llamó el pedagogo suizo, educación elemental. Larroyo resumió la definición de educación elemental como:
... el desenvolvimiento natural, espontáneo y armónico de las disposiciones humanas 
más originarias y esenciales: capacidades que se revelan en la triple actividad de la cabeza, el corazón y las manos, es decir, en la vida intelectual, moral y artística o técnica. (Larroyo, 1977, p. 497).
La concepción de educación de Carrillo estaba muy emparentada con la que plantea el educador suizo, además, en la cita que sigue, se plantea el deslinde entre lo que se concibió como educación y como instrucción, lo que fue uno de los puntos del debate de los educadores mexicanos de fin de siglo XIX en el proceso de construcción de la pedagogía mexicana.
En una concepción básica descansa la labor del maestro: El aprendizaje tiene un fin inmediato y evidente —la instrucción o información— y otro no tan visible pero no por eso menos real —el desarrollo de las capacidades del niño— llámense manos, inteligencia o memoria. A este desarrollo se le llama educación, y constituye el objetivo grande y noble de toda escuela así como de la propia humanidad en su ascenso constante hacia el progreso. (Carrillo cit.por Meneses, 1983, p. 478).

POLITICA EDUCATIVA DEL PORFIRIATO

• De esta manera, en 1867 se promulgó la Ley Orgánica de Instrucción Pública. En ella se establecía la educación primaria gratuita y obligatoria, se excluía del plan de estudios toda enseñanza religiosa y contenía disposiciones para la educación secundaria, entre las cuales destacaba la creación, bajo los principios del positivismo, de la Escuela de Estudios Preparatorios, la cual habría de sentar las bases de la educación profesional. La ley sólo regía al Distrito Federal y a los territorios federales, pero ejerció influencia sobre las leyes estatales.
• En 1881, una de las políticas educativas fue la apertura de escuelas normales para instruir a los maestros y, a partir de ahí, expandir una educación primaria moderna, basada en una historia de México desde el punto de vista liberal que chocaba con la realidad política vivida. La educación preparatoria se fortaleció con la Escuela Nacional Preparatoria y 33 escuelas en los estados. Se crearon sociedades científicas y literarias que se encargaron de la nueva educación superior.
• Durante el porfiriato, Joaquín Baranda, Ministro de Justicia e Instrucción, convocó a dos congresos en los que se reunieron pedagogos, maestros, intelectuales y autoridades. Los resultados de estos congresos contribuyeron a definir un 
nuevo proyecto gubernamental de educación pública, que se consolidó con la promulgación de la Ley de Instrucción Obligatoria de 1888.
• En 1905 se creó la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, encabezada por Justo Sierra, y en 1910 empezó a funcionar la Universidad Nacional de México (cuyo titular fue también Justo Sierra), reuniendo a algunas escuelas que operaban desde 1894. En el campo, las pocas escuelas que funcionaban estaban en los pueblos y las haciendas que trabajaban en condiciones muy primitivas; por desgracia no tuvieron mayor impacto en la población. La Iglesia, por su parte, no expandió su labor educativa, sólo contaba con el 4% de los planteles existentes para 1910.
• Al final de este periodo, con la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, se otorgó por primera vez rango constitucional al derecho que todo ciudadano mexicano tiene para recibir una educación laica, obligatoria y gratuita. Asimismo, se otorgaron mayores facultades educativas al Estado para coordinar y vigilar el funcionamiento de escuelas públicas y privadas.
• La creación de la Secretaría de Educación Pública (SEP), en septiembre de 1921, se logró equilibrar un poco la desigual atención que estados y municipios brindaban a los servicios de educación. José Vasconcelos, el primer titular de esta institución
• por decreto oficial de la SEP se creó en 1925 la escuela secundaria como una nueva institución educativa al servicio de la adolescencia. Este hecho generó dos cambios importantes en el sistema educativo. Por un lado, hubo un cambio en la secuencia de estudios. Por otro lado, la confrontación del gobierno con la universidad fue un elemento central para que en 1929 la universidad obtuviera su autonomía.
• Lázaro Cárdenas en 1934 con la modificación del artículo tercero constitucional, mediante la cual, por primera vez en el texto constitucional, se estableció oficialmente una política de estado para dar un carácter socialista a la educación y obligar a las escuelas privadas a seguir los programas oficiales
• Entre 1936 y 1940 se crearon internados, comedores y becas, se impulsó la creación de escuelas vinculadas a centros de producción y se alentó la educación técnica.
Obra pedagógica de Carlos A. Carrillo
Carlos A. Carrillo, después de optar por la profesión de maestro, se empapó de la cultura pedagógica de su tiempo, pero aún quiso ir más allá al suscribirse a los principales periódicos educativos de Alemania, Francia, Suiza, Estados Unidos e Italia, pues tenía facilidad para el aprendizaje de las lenguas ya que conocía el inglés, el francés, el alemán, el italiano, el portugués y el ruso. Toda esta serie de conocimientos actualizados sobre educación los puso al servicio del magisterio mexicano de su tiempo en las publicaciones periódicas que dirigió: El Instructor y La Reforma de la Escuela Elemental. Por eso Torres y Delgadillo —alumnos y seguidores del pedagogo veracruzano— comentaron:
Comprendió desde entonces la ingente necesidad de combatir a toda costa por la reforma escolar, procurando dar unidad y homogeneidad a las diversas ideas que comenzaban a aparecer, y popularizando los modernos libros sobre la materia, traduciendo y editando aquellos que por el idioma en que estaban escritos o por su elevado precio sólo podían ser patrimonio de unos cuantos maestros. Predicar la buena nueva, iniciar el rápido progreso de la patria por medio de la enseñanza moderna, he aquí su ambición, su ilusión; y para llevarla a cabo, él se sintió apóstolungido.(1964,p.31)
La reforma escolar que se menciona correspondió a la década de los ochenta del siglo XIX; este período se caracterizó por la realización de tres congresos, todos ellos celebrados en la capital de la República. El primero, en 1882, fue el Congreso Higiénico Pedagógico, cuyas resoluciones generales se inclinaban al aspecto de la salud física del niño más que al intelectual o moral. El Primer Congreso de Instrucción en 1889 tuvo como conclusiones generales la uniformidad de la educación elemental (centralización) que además sería obligatoria, gratuita y laica. El Segundo Congreso de Instrucción de 1890 tiene como obra más importante la organización de la educación preparatoria bajo la adopción del método científico de carácter positivista. Dichos congresos dieron la pauta para generar lo que se conoce como el origen de la pedagogía mexicana.

Educación
Las influencias educativas del momento fueron Pestalozzi, Fröebel y Herbart, entre otros pedagogos, quienes fueron conocidos por Carrillo. Pestalozzi conceptualizó a la educación con un enfoque netamente social: El objeto de la educación es preparar a los hombres para lo que deben ser en sociedad (Cit. por Larroyo, 1977, p. 495). La educación es el desarrollo y la formación de las fuerzas y aptitudes humanas, a la que llamó el pedagogo suizo, educación elemental. Larroyo resumió la definición de educación elemental como:
... el desenvolvimiento natural, espontáneo y armónico de las disposiciones humanas más originarias y esenciales: capacidades que se revelan en la triple actividad de la cabeza, el corazón y las manos, es decir, en la vida intelectual, moral y artística o técnica. (Larroyo, 1977, p. 497).
La concepción de educación de Carrillo estaba muy emparentada con la que plantea el educador suizo, además, en la cita que sigue, se plantea el deslinde entre lo que se concibió como educación y como instrucción, lo que fue uno de los puntos del debate de los educadores mexicanos de fin de siglo XIX en el proceso de construcción de la pedagogía mexicana.
En una concepción básica descansa la labor del maestro: El aprendizaje tiene un fin inmediato y evidente —la instrucción o información— y otro no tan visible pero no por eso menos real —el desarrollo de las capacidades del niño— llámense manos, inteligencia o memoria. A este desarrollo se le llama educación, y constituye el objetivo grande y noble de toda escuela así como de la propia humanidad en su ascenso constante hacia el progreso. (Carrillo cit.por Meneses, 1983, p. 478).
Docencia
Carrillo consideró que la educación pública no mejoraría en calidad mientras México no tuviera mejores maestros; el secreto, pues, estaba en la enseñanza, en el maestro. Torres y Delgadillo dicen:
Para enseñar al niño la naturaleza, es preciso que él conozca el universo todo, siquiera sea en sus leyes fundamentales; para elevar gradualmente el intelecto debe conocer su funcionamiento y desarrollo; para domeñar su voluntad y dirigir su carácter, el maestro debe ser ejemplo vivo y palpitante que atraiga al alumno con imán irresistible de su bondad, su palabra llena de caricias y una dulce energía. (1964, p. 29).
Las publicaciones que dirigió fueron un medio para polemizar en defensa de los maestros competentes y bien instruidos, al mismo tiempo increpaba a las autoridades a mejorar los sueldos de los profesores. En su defensa de la educación elemental llegó al grado de pedir que dejaran de sostenerse los planteles de enseñanza secundaria con los fondos del gobierno y que se invirtieran en aumentar y mejorar las escuelas elementales, así como que los maestros disfrutaran de consideraciones y se les pagara mejor su trabajo.
Pestalozzi nos habla, en Cómo Gertrudis enseña a sus hijos, del método de enseñanza que se dirige a la naturaleza humana considerándola como una unidad, como un todo, que comprende todas las facultades y aptitudes:
Trato de psicologizar la instrucción humana; intento ponerla de acuerdo con la naturaleza de mi espíritu, con la de mi situación y mis circunstancias. No parto para ella de ninguna forma positiva de enseñanza como tal, sino que simplemente me pregunto: ¿Qué harías tú si quisieras suministrar a un solo niño el contenido total de aquellos conocimientos y destrezas que necesita para alcanzar el contento íntimo de sí mismo mediante una buena dirección de sus disposiciones esenciales? (Pestalozzi citado por Larroyo, 1977, 497).
Carrillo decía que el maestro jamás debe sujetarse en sus lecciones a un cartabón, que marcan los preceptistas, sino que debería ser un artista o un artesano —diría Santoni Rugiu— cuyos saberes y prácticas estuvieran en la mejor disposición de compartirlos con sus alumnos en una relación dialógica, placentera y creativa; éste fue el famoso aprender haciendo de Dewey. Regresando a Carrillo, él lo planteó de la siguiente manera:
Lo que hago es, en primer lugar, estudiar todos los días el programa de las materias de cada uno de los grados de la escuela, para saber qué cosas y fenómenos deberé hablar en mis lecciones de tal o cual semana; en seguida estudio bien el tema de la clase, y cuando no me queda ya duda ninguna, entonces me pongo a considerarlo, no como hombre, sino como niño, como ignorante, y me pregunto: ¿Qué le gustará más a los niños de esta cosa? ¿Qué será más fácil para ellos, esto o esto otro? ¿Cómo explicaría un niño este asunto, si lo supiera? Esto es: pienso mucho, mucho en los niños... (1964, p. 47).
Los principios de la enseñanza armónica de Johonnot, un educador norteamericano, Carrillo los hizo suyos y los expuso en la publicación periódica dirigida por él mismo, La Reforma de la Escuela Elemental. El primer principio fue que en la instrucción primaria se debería proceder de lo conocido a lo desconocido, nuestro autor lo explicó al magisterio mexicano de la siguiente forma:
Lo que Johonnot inculca, es que aquellos primeros conocimientos del niño han de servir al maestro de punto de partida para la enseñanza de los nuevos; que se ha de apoyar en ellos, exactamente como al subir la escalera, cada peldaño es el punto de apoyo que nos permite llegar al peldaño superior, de tal manera, que sin el auxilio del primero, no podríamos subir al segundo. Me valdré de algunos ejemplos para darme a entender mejor. (1964, p. 391)
Lo que se conoce actualmente como conocimientos previos, información no visual, conocimiento del mundo, es el supuesto previo del cual debe partir la enseñanza para construir los nuevos conocimientos conjuntamente con los alumnos. Incluso la metáfora que utilizó, tiene un cierto parecido con el término andamiaje concebido por Bruner. Otro principio fue que en la instrucción primaria se debe presentar lo concreto, aquí nuestro autor hace una crítica a la enseñanza tradicional, que en el caso de la aritmética, primero aprendían las reglas (lo abstracto) y después la operación (lo concreto). La pedagogía moderna enseñó el conocimiento de los objetos por medio de la intuición, es decir pertenecen al mundo concreto, que es el elemento propio de la infancia.
La intuición es un concepto usado por Pestalozzi, aunque no fue exclusivo de él puesto que ya otros pensadores de la edad moderna lo habían mencionado. Sin embargo, Pestalozzi amplió el significado, especificando la intuición exterior, o sea la impresión de las cosas, y la intuición interior, que es la atribución de valor a las impresiones o sentimientos relativos. De hecho, la intuición significa la observación directa y experimentación con las cosas, los modelos, las estampas, etcétera.
Una de las ideas más originales de Carrillo consistió en estimar el aprovechamiento del niño en los exámenes no preguntándole lo que ya sabía, lo que sólo acreditaría una buena memoria, sino planteándole nuevos problemas para averiguar su capacidad de formación. Aún más, Carrillo propuso que los exámenes deberían desaparecer por completo de la escuela tal como se aplicaban en su época, sin embargo, dijo más adelante que ésta es una medida muy radical por lo que expone
...tomar en cuenta para señalar las calificaciones, no sólo el éxito del examen, sino también de la manera cómo se han llevado sus lecciones durante todo el año, dando a este segundo momento una preponderancia cada vez mayor sobre el primero. (1964, p. 317).

Carlos A. Carrillo

Carlos A. Carrillo nació en Córdoba, Veracruz, en 1855 y murió en la ciudad de México, en 1893. Antes del año de nacido, sus padres se trasladaron a Jalapa, Ver., donde pasó su niñez y su juventud. Ahí realizó sus estudios primarios y preparatorios, así como los de Derecho en el Seminario Conciliar y en el Colegio del Estado. Posteriormente, se dedicó a la enseñanza en un colegio particular en Coatepec, Ver., muy cerca de Jalapa. Luego impartió las cátedras de Español y Caligrafía en la Escuela Normal de Jalapa. A continuación se traslada a la ciudad de México, donde es nombrado Director de la Escuela Práctica Anexa a la Normal de México. Por último, fue nombrado Director de una Escuela Municipal de la capital del país.

Aurelio ortega

Meritoria y ejemplar fue la obra docente del maestro Aurelio Ortega, pues sirvió al estado de Jalisco con toda dedicación durante 67 años, caso único quizás en los anales de la educación jalisciense. Nació en Guadalajara, Jalisco, el día del aniversario de la fundación de dicha ciudad, 14 de febrero del 1848. Sus padres fueron don Juliano Ortega de Algarín y doña Teodora Urenda.
El joven Aurelio fue un autodidacta excepcional. Formalizó sus estudios en el Liceo de Varones de Guadalajara donde realizó su examen profesional el cual fue aprobado por la Junta Directiva del Liceo y se le expidió el título de preceptor de 1er. Orden en 1867.
Se le designo Director de la Escuela Municipal No. 8 para niños, iniciando así su profesión por verdadera vocación. Para documentarse compraba los mejores libros de pedagogía, lo que le valió ser tomado en cuenta en las discusiones sobre problemas educativos.
En 1868 colaboró con el Club Popular de Artesanos y atendió la escuela que esa agrupación sostuvo por varios años. De 1877 a 1887 fue uno de los organizadores de Sociedad de clases productoras, que impartió enseñanza primaria a los obreros en escuelas nocturnas gratuitas.
Como maestro distinguido, Aurelio Ortega formó parte del grupo de maestros que fueron enviados a finales del siglo XIX por el gobierno del estado a la Escuela Normal Veracruzana con sede en Jalapa a estudiar el método educativo analítico sintético para la enseñanza de la lectura y la escritura, que había implantado el pedagogo suizo Enrique C. Rébsamen. Aurelio Ortega participó en la modernización tanto de los métodos docentes como del sistema educativo en general en Jalisco donde pronto se adoptó el nuevo método para la enseñanza de la lectura y escritura, con muy buenos resultados.
En 1910 el gobernador del estado, Miguel Ahumada y el Secretario de Gobierno, Juan N. Lomeli, entregaron al maestro Ortega un Diploma de Honor y una Medalla de Oro, en reconocimiento a sus 30 años de servicios ininterrumpidos.
En 1911 fue director de la Escuela Normal de Profesores, y tres años más tarde Secretario de Educación Pública así como maestro de la clase de metodología de la Escuela Normal. Se jubiló en 1924, no obstante continuó prestando sus servicios como director de un Centro Nocturno para Obreros. También prestó sus servicios en la Penitenciaría del Estado de 1926 a 1929.
Como reconocimiento a su trabajo en una ceremonia realizada en el Teatro Degollado, se le entregó un pergamino firmado por todos los que habían sido sus alumnos, entre los cuales figuran: Jesús González, Agustín Rocha, Genaro Rodríguez, Crescencio Laguna, Agapito Chávez, José María Flores y Ramón Velarde, entre otros. Durante más de 62 años asistió a impartir clases, actividad que era y formaba parte de su vida. Sólo guardó cama una semana antes de su muerte acaecida en 21 de julio de 1935 en Guadalajara, Jalisco.

EDUCACIÓN EN EL PORFIRIATO

Con la llegada de Díaz al poder, se vislumbra un avance económico en el país, sin embargo ese avance económico solo se procuro a las minorías en el poder, nuevamente la educación giro en torno a la situación por la que el país atravesaba, dejando entrever que el grueso de la población eran gente humilde y de escasos recursos, que habían quedado en la miseria después de la lucha de independencia. Díaz se preocupo por incrementar los ingresos económicos y favoreció la educación, pero la educación de los jóvenes nobles, provenientes de familias con cierto poder económico, una vez más la educación entro a un estancamiento. Dentro de todo este caos la educación fue tomada nuevamente por los clérigos, que se convirtieron en cómplices silenciosos de la clase en el poder. La educación impartida por el estado se vio minimizada por las raquíticas aportaciones que se recibían. La miseria en la que una vez más se sumió el país, hizo que los jóvenes que estudiaban en este tipo de escuelas las abandonaran para dedicarse a las actividades productivas a que eran sometidos para ayudar a su familia a sobrevivir, con esto el analfabetismo crecía constantemente hundiendo a los más necesitados y con más carencias: los campesinos e indígenas que servían a un terrateniente.
Gabino Barreda consideraba que la educación debía mostrar la verdad en todos los aspectos, para formar la conducta, logró preferentemente en la Escuela Nacional Preparatoria donde se enseñaba a los alumnos a observar, experimentar, razonar sin recurrir a la teología o a la metafísica, tenía el propósito fundamental de formar la burguesía mexicana (puntual del posterior Porfiriato) que se constituyó de individuos cuyos conocimientos e ideologías los hacía de hecho los más viables conductores de la economía del Estado. En las escuelas del Porfiriato, la variable fundamental para el cumplimiento de los programas constituía el Maestro.
Por otra parte, en la educación durante el Porfiriato un personaje que tuvo mucha importancia fue Justo Sierra el fue el creador de la Universidad Nacional Autónoma de México. Ejerció una influencia muy grande en los medios intelectuales. Fue director de la Escuela Nacional Preparatoria. También creó en 1905, la primera Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes y dentro de ella la primera sección destinada a la enseñanza técnica, en 1907.
El da a lugar propuestas que tienen como fin el realizar cambios en la educación con relación al concepto de instrucción por el de educación, también propone la unificación de la lengua, la autonomía de los jardines de niños, el reconocimiento del magisterio y a nivel superior, la reorganización de las carreras de Medicina, Jurisprudencia, Ingeniería, Bellas artes y Música, así como la promoción de la arqueología elevada a la categoría de ciencia y finalmente, se establecería un sistema de becas para los alumnos más prometedores del país.
Implanto el uso del libro de texto basados con la ideología del contenido científico en la educación. Fue autor del texto “Historia patria” para primaria e “Historia General” para preparatoria.

El impulso a las escuelas de adultos, es decir, de los niños que han pasado ya de la edad escolar, o de los hombres que forman parte de las clases obreras, y que no han podido recibir la educación elemental primaria o no han podido completarla.
Fundación de las escuelas para niños deficientes, niños que no pueden llegar al mismo tiempo de que los otros a un desarrollo suficiente para poder aprovechar de los elementos educativos. Problema de especial estudio por alemanes y de Estados Unidos, en el que una vez que el niño ha recibido el trato y enseñanza especial, deberá ser reintegrado a las escuelas normales.
La obligatoriedad de la instrucción primaria. Quedando como encargada de su cumplimiento a la autoridad política.

Educación Básica: La dirección nacional de Instrucción Primaria era la encargada de señalar modalidades de dicha Ley de acuerdo con las necesidades locales.
La Educación Primaria elemental se distribuía en cinco años y era obligatoria para los niños entre los seis y catorce años; tenía como finalidad de “realizar el desenvolvimiento armónico del niño, dando vigor a su personalidad, creando en el hábitos que lo hagan apto para el desempeño de sus futuras funciones sociales y fomentando su espíritu de iniciativa.
Se tenía que cubrir cuatro aspectos en su desarrollo como son:
• La Cultura Moral: que se llevara acabo suscitando la formación del carácter por medio de la obediencia y disciplina, así por el constante y racional ejercicio de sentimientos, resoluciones, y actos encaminados a producir el respeto a si mismo y el amor a la familia, a la escuela, a la patria y los demás.
• La Cultura Intelectual: la disciplina de la imaginación y la progresiva aproximación de la exactitud del juicio.
• La Cultura Física: Por medio de ejercicios corporales apropiados y por la formación de hábitos de higiene.
• La Cultura Estética: Que se efectuara promoviendo la iniciación del buen gusto y proporcionando a los educandos emociones de arte adecuadas a su edad.
La Educación Preparatoria: la preparatoria constituyó la institución ejemplar del Porfiriato que procuró su establecimiento en todos los Estados, las preparatorias al igual que los liceos mejoraron sus contenidos y sus instrumentaciones didácticas fundadas en las ciencias físicas y naturales.
La Educación Normal: en el proceso de la fundación de las escuelas se observó la influencia de las instituciones normalistas norteamericanas, tanto en su curriculum como en su administración, todo ello en razón de que los pedagogos mexicanos recibieron importante formación en aquel país.
La situación de los Maestros: durante el Porfiriato, los maestros ocupaban una posición muy contradictoria al interior de la estructura social; en tanto crecía la demanda de maestros, sus condiciones de trabajo, su prestigio social y sus salarios permanecían bajos, los maestros que trabajaban para el gobierno federal percibían mensualmente 50 pesos en tanto que los municipales ganaban la mitad. Los maestros que percibían los más altos salarios, residían por lo general en las ciudades más grandes, en contraste con los maestros rurales, cuyas bajas percepciones se justificaban por el bajo costo de la vida en las comunidades rurales. Por norma, podría aceptarse que los bajos salarios se debían a las dificultades de los presupuestos nacional y regional, además de que todavía la educación pública y la enseñanza no era aceptada como válida por la sociedad. Realmente en la práctica lo que se pretendió al final del Porfiriato, y por muy sobradas razones, muchos maestros eran agudos críticos del régimen y de sus ideólogos, empleando las mismas aulas para difundir los problemas de los opositores al Porfiriato.



Educación en la época del Porfiriato

El positivismo se convirtió en el fundamento indispensable para orientar la educación hacia el progreso, sólo así, se pensaba, se cumpliría el ideal liberal de libertad científica. En diciembre de 1867 el gobierno de Juárez expidió la Ley de Instrucción Pública, en la que se reglamenta el carácter gratuito y obligatorio de la enseñanza elemental, con base en la cual se funda la Escuela Nacional Preparatoria como la institución más representativa de la nueva orientación de la educación.

No obstante que la ley que decretó la creación de la Escuela Nacional, sirvió de base para la creación de instituciones similares en las entidades federativas bajo el nombre de Colegios Civiles; estos Colegios siguieron la misma orientación positivista de la Escuela Nacional Preparatoria; por consiguiente, los principios rectores de la instrucción en México partirían en oposición al dogma, de la observación y la experiencia.

Gabino Barreda consideraba que la educación debía mostrar la verdad en todos los aspectos, para formar la conducta, logró preferentemente en la Escuela Nacional Preparatoria donde se enseñaba a los alumnos a observar, experimentar, razonar sin recurrir a la teología o a la metafísica, tenía el propósito fundamental de formar la burguesía mexicana (puntual del posterior Porfiriato) que se constituyó de individuos cuyos conocimientos e ideologías los hacía de hecho los más viables conductores de la economía del Estado. En las escuelas del Porfiriato, la variable fundamental para el cumplimiento de los programas constituía el Maestro.

De acuerdo a los propósitos de los políticos porfirianos, la inspección y la capacitación de los docentes constituía la garantía del programa.

En el período de referencia, la creación de escuelas normales fue producto de los Congresos de Instrucción de 1890, históricamente la Escuela Normal de Profesores resultó de la conversión de una preparatoria para mujeres que funcionaba en la capital; en esta misma ciudad en 1887 el Gobierno Federal inauguró la Escuela Nacional de Profesores. En la fundación de estas instituciones y de la mayoría del interior de la República, fue clara la influencia del modelo de escuela normalista norteamericana; tan fue así que los programas de las escuelas normales eran revisados frecuentemente para mantenerlos al día con la pedagogía del momento en Europa y Estados Unidos y para estudiar con mayor detalle los aspectos prácticos de la enseñanza en sí misma. durante el período de fundación de escuelas normales que abarcó las dos últimas décadas del siglo de referencia, varios gobiernos estatales enviarían a maestros mexicanos a perfeccionarse a escuelas normales norteamericanas. Hacia el final del Porfiriato, algunas escuelas normales contribuyeron en la tarea de crítica hacia la dictadura.

La Educación Preparatoria: la preparatoria constituyó la institución ejemplar del Porfiriato que procuró su establecimiento en todos los Estados, las preparatorias al igual que los liceos mejoraron sus contenidos y sus instrumentaciones didácticas fundadas en las ciencias físicas y naturales.

La Educación Normal: en el proceso de la fundación de las escuelas se observó la influencia de las instituciones normalistas norteamericanas, tanto en su curriculum como en su administración, todo ello en razón de que los pedagogos mexicanos recibieron importante formación en aquel país.

El programa del desarrollo de las facultades que se trató de implantar en México, tropezó además de la insuficiencia de los presupuestos educativos de algunos Estados, con una realidad de tres siglos de lastre colonial y con una lealtad de las masas hacia la Iglesia, que se trató de transformar en lealtad hacia el Estado.

La situación de los Maestros: durante el Porfiriato, los maestros ocupaban una posición muy contradictoria al interior de la estructura social; en tanto crecía la demanda de maestros, sus condiciones de trabajo, su prestigio social y sus salarios permanecían bajos, los maestros que trabajaban para el gobierno federal percibían mensualmente 50 pesos en tanto que los municipales ganaban la mitad. Los maestros que percibían los más altos salarios, residían por lo general en las ciudades más grandes, en contraste con los maestros rurales, cuyas bajas percepciones se justificaban por el bajo costo de la vida en las comunidades rurales. Por norma, podría aceptarse que los bajos salarios se debían a las dificultades de los presupuestos nacional y regional, además de que todavía la educación pública y la enseñanza no era aceptada como válida por la sociedad. Realmente en la práctica lo que se pretendió al final del Porfiriato, y por muy sobradas razones, muchos maestros eran agudos críticos del régimen y de sus ideólogos, empleando las mismas aulas para difundir los problemas de los opositores al Porfiriato.

La destitución y el exilio a París de Porfirio Díaz se logran en 1911. La nueva preocupación política era conformar un gobierno republicano y democrático capaz de satisfacer las demandas populares. La situación del sistema educativo nacional reflejaba el ambiente que reinaba en el país. El nivel superior era el más abandonado a pesar de las pequeñas decisiones que tomaban las autoridades docentes y gubernamentales para encauzar la enseñanza propuesta por Justo sierra a fines del Porfiriato, principalmente la fundación de la Universidad Nacional de México.

Con la llegada de Díaz al poder, se vislumbra un avance económico en el país, sin embargo ese avance económico solo se procuro a las minorías en el poder, nuevamente la educación giro en torno a la situación por la que el país atravesaba, dejando entrever que el grueso de la población eran gente humilde y de escasos recursos, que habían quedado en la miseria después de la lucha de independencia. Díaz se preocupo por incrementar los ingresos económicos y favoreció la educación, pero la educación de los jóvenes nobles, provenientes de familias con cierto poder económico, una vez más la educación entro a un estancamiento. Dentro de todo este caos la educación fue tomada nuevamente por los clérigos, que se convirtieron en cómplices silenciosos de la clase en el poder.



La educación impartida por el estado se vio minimizada por las raquíticas aportaciones que se recibían. La miseria en la que una vez más se sumió el país, hizo que los jóvenes que estudiaban en este tipo de escuelas las abandonaran para dedicarse a las actividades productivas a que eran sometidos para ayudar a su familia a sobrevivir, con esto el analfabetismo crecía constantemente hundiendo a los más necesitados y con más carencias: los campesinos e indígenas que servían a un terrateniente (recordemos que en Europa los terratenientes desaparecieron con el fin y caída del feudalismo). Por otra parte la Universidad Nacional de México trató de buscar estrategias para favorecer el acceso a la educación acción que no brindó frutos favorables.



Con la salida de Porfirio Díaz, del país, quedo un país débil, golpeado en muchos aspectos de su vida social, cultural y políticamente hablando. La educación carecía de una estructura firme, así es que debería de reiniciarse una búsqueda de estrategias que replantearan la enseñanza elemental, la educación artística o de artes se canalizó a través de los museos; mientras que la Universidad se dedicaba a los estudios profesionales. El país en ese momento tenía una preocupación más primordial que atender antes que el de la educación, la reorganización de un país que fue golpeado

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